Al anochecer ya tenía todo listo para cuando vengan los chicos a jugar videojuegos.Primero llegó Nath con una bolsa de frituras para comer más tarde. Justo unos pocos minutos después llegó Yael.
—¡Hola chicos! —exclamó Yael con una enorme sonrisa.
—¿Y porque tan feliz? —pregunté al verlo casi saltando.
—Es cierto Yael. Cuéntanos ¿Que pasó? —dijo Nath.
—Es que hoy fuí a la biblioteca como les dije y ví a una niña muy linda —respondió Yael, suspirando.
—¿Cómo?¿De verdad? —le pregunté mientras nos sentábamos en el sillón de la sala.
—Sí Emi ¡Se llama Jelly!
—Ah, Jelly. Creí que viste a otra niña más —dijo Nath en modo de broma.
—¡No! De ella les estoy hablando. Estaba feliz de verme de nuevo y yo aún más, después de terminar mis tareas nos pusimos a platicar.
—Qué bien Yael. Me alegra escuchar eso.
—¿Adivinen qué? —preguntó Yael, entusiasmado—. ¡La invite a tomar un helado este fin de semana!
—¡Wow! ¿De verdad? ¡Qué genial Yael!¡Será tu primera cita! —exclamé, emocionado—. ¡Eso me suena a romance!
Me emocionó escuchar eso, al fin Yael se animó a invitar a salir a Jelly.
—Hay Emi… —respondió Yael sonrojado—. ¡No será una cita!
—Si saldrán ustedes dos solos... ¡Es una cita! —exclamó Nath.
—Oh, bueno creo que sí. Estoy algo nervioso, no sé si este bien que la haya invitado a salir sólo nosotros dos.
—Pero ¿Porqué no? Al contrario, ya me di cuenta que en serio te gusta Jelly, Tú tranquilo —dijo Nath, golpeando con el codo a Yael—. Todo saldrá bien.
—¿Recuerdan la pulsera que compré? —preguntó Yael, sonriendo.
—¿La que casi pierdes? Si, ya sabíamos que era para ella. Era más que obvio —solté una carcajada.
—Se la quiero regalar ese día.
—Está genial, le encantará —dijo Nath.
—Sólo quería pedirles un favor chicos —Yael se acercó a nosotros.
—Lo que quieras Yael, dinos.
—Es que a mí no me van a dejar salir solo a esa hora. Me gustaría que me acompañaran. Le diré a mi mamá que saldré con ustedes y así me dará permiso.
—Por mí está bien —dijo Nath frunciendo los hombros—. Además quería salir a algún lado con ustedes. Me aburro en mi casa.
—Bueno, pero si invitaste a Jelly a salir no creo que sea correcto que vayamos contigo.
—Si, ya sé Emi pero yo estaría con ella y ustedes en una mesa a parte ¿Qué les parece? —preguntó Yael sonriendo—. Sólo sería para que me den permiso y mis papás sepan que estoy con ustedes.
—Me parece una buena idea —dijo Nath.
—Bueno está bien.
—Además no queremos interrumpir cuando se besen —dijo Nath a modo de broma con una sonrisa.
—¡Oye Nath! —exclamó Yael riéndose—. No creo que sea para tanto, sólo quiero salir con ella para platicar, nada más.
—Pero qué tal que si pasa…No sabes. ¿A poco no te gustaría?
—Es cierto Yael, qué tal que te vuelve a dar un beso como la aquella vez cuando la vimos —le dije mientras iba por los controles del vídeojuego para instalarlo.
—Seria genial chicos —respondió, suspirando—. Pero yo no he dado un beso que no sea en la mejilla, no sé cómo.
—Eso no es problema —dijo Nath riendo—. ¡Que te enseñe Emi!
—¡¿Qué?! —exclamé tirando los controles del juego accidentalmente—. ¿Que cosas dices Nath?
—Sí, Nath ¿Cómo me va enseñar Emi? —soltó una carcajada.
—No sé, sólo decía. Él ya ha dado su primer beso y con Sofy —dijo Nath frunciendo los hombros.
—Entonces enseñale tú Nath, tú igual has besado a alguien y hasta casi más que eso —le dije a modo de broma aventándole un peluche que encontré cerca.
—Hay Emi… porque siempre sigues con eso, no debí contárselos —dijo Nath con una mueca de descontento y cruzándo los brazos.
—¡Ya Nath, te pasas! Tampoco es para que te enojes —le agarré el hombro—. Tú empiezas con las bromas y luego te enojas.
—¡Ya chicos, es en serio! Dejen de estar jugando —dijo Yael yendo a sentarse en el otro sillón.
—Yael eso no se enseña, bueno eso creo. Sólo se da al momento. Ahí sabrás cómo.
—Emi tiene razón —dijo Nath, ya se le había pasado el enojo—. Y no estoy enojado chicos. Además ya parecemos niñas hablando de cosas cursis. Mejor vamos a jugar videojuegos.
—Hay Nath, tú y tus ocurrencias, no tiene nada de malo que un chico hablé de cosas cursis. Aunque tienes razón, no se porqué estamos hablando de esas cosas o porque sentimos cosas bonitas cuando hablamos de las niñas que nos gustan.
—¿Que raro verdad? —preguntó Yael, confundido—. Esta bien chicos, entonces ¿Si me ayudarán con el favor? —preguntó, emocionado.
—Por supuesto, pediré permiso para ese día. Ahora vamos a jugar un rato antes de que nos hablen para cenar. Quiero ver si alguien está conectada a esta hora.
Subimos a mi habitación a jugar videojuegos un rato.
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Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)
Teen FictionAcompaña a Emi, un chico preadolescente en esta historia llena de emociones y aventuras junto a sus dos nuevos mejores amigos, mientras hacen lo que más les gusta; divertirse. En cada aventura aprenderán lecciones sobre la amistad, la responsabilida...