29. ¡Un Momento Incómodo!

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Después de unas horas de comer estuvimos paseando con nuestros padres en distintos lugares del hotel.

Aún era muy temprano y esperábamos el momento para ir a bañarnos en la piscina ya que habíamos comido recientemente y no deberíamos nadar.

Después de un rato mi mamá nos dijo que ya podíamos ir. Y que vayamos rápidamente antes de que se llene de gente. O no nos dejarían nadar agusto.

Y efectivamente al llegar no había nadie. Sólo nosotros tres.

En la piscina habían varios trampolines para aventarse.

Estuvimos jugando a competencia de clavados por un rato. Hasta que de repente ví que Sofy venía a la piscina.

—¡Emi! ¿ya viste quién viene? —preguntó Yael con asombro.

—Si, ya ví. se los dije. ¡Es Sofy!

—¡Hola chicos! ¡Ya están aquí! —exclamó Sofy al vernos—. ¿Cómo han estado? Emi me dijo que vendrían.

—¡Hola Sofy! Qué gusto verte —respondió Yael.

—¡Hola Sofy!—dijo Nath.

—Si, llegaron ayer como te dije. Qué alegría verte otra ves. No pensé verte aquí hoy.

—Igual a mi Emi. Qué gusto verte hoy otra vez.

Sofy entró a la piscina para platicar con nosotros.

—¿Ya les dijiste sobre los videojuegos? —me preguntó Sofy.

—Si, se los dije cuando llegaron. Creo que iremos después.

—¡Sí! Emi ya nos dijo eso y qué también le gusta tu labial sabor fresa —dijo Nath en modo de broma.

En ese momento miré rápidamente a Nath quién me puso nervioso. Me asombró lo que había dicho y le aventé un chorro de agua de la piscina a la cara.

—¿Qué? —preguntó Sofy, asombrada.

—No nada Sofy, cosas que dice Nath —respondió Yael mirándome.

—Si, así es mi amigo. No le hagas caso—le dije a Sofy con fingida sonrisa.

Sofy sólo me miró y sonrió. No sé qué tenía pero cada vez que la veía me venía a la mente aquel momento.

Así que para tratar de que no se dé cuenta y cambiar la conversación, le platicamos a Sofy lo que estábamos jugando.

Los chicos y ella se sentaron en la orilla de la piscina para observar. Era mi turno de hacer un clavado.

Me subí al trampolín más alto, estuve planeando como hacer un clavado espectacular para tratar de impresionar a Sofy.

Ella estaba viéndome y sonriendo.

Mirarla en ese momento fué mi error; me puse nervioso y al tratar de aventarme me resbalé de la tabla del trampolín.

Pero eso no fué lo peor; mi bañador se atoró en una de las orillas de la tabla y accidentalmente me lo quitó. En ese momento sólo traía el bañador, así que caí al agua prácticamente desnudo.

Al subir a la superficie de la piscina me reincorporé y me di cuenta de lo sucedido. Miré a los chicos y ví que Sofy tenía tapada la cara con las manos de la pena, Yael estaba asombrado y Nath estaba riendo.

¡No puede ser! ¡Qué vergüenza! 

—¿Emi estás bien? —preguntó Yael.

—¡Sí, estoy bien! —respondí—. ¿Puedes traerme mi bañador por favor?

Yael se subió al trampolín por mi ropa y luego se metió a la piscina para darmelo.

—Oye… ¿Qué tanto vieron? —pregunté nervioso y apenado.

—¡Todo Emi! —respondió Yael completamente sonrojado—. Póntelo rápido porque desde ahí todavía se te ve todo.

No puede ser ¡Qué pena!

Miré a Nath quién ya había dejado de reír y asintió con la cabeza. Sofy aún tenía la cara tapada. Rápidamente me puse el bañador y fuí hacia donde estaban los chicos.

—¿Ya te pusiste la ropa Emi? —preguntó Sofy descubriéndose la cara.

—Si Sofy… discúlpame por eso —estaba apenado por aquel momento incómodo que pasé.

—No te preocupes —respondió y se puso a reír.

Igual me puse a reír por lo que sucedió. Aunque estaba muy apenado pero bueno, eso la hizo reír y era un punto bueno para mí.

Un rato después salimos de la piscina para cambiarnos de ropa e ir a otro lado.

Sofy se regresó a su habitación y nosotros igual. Y por los que pasó se me olvidó platicar con ella, además quería decírselo estando sólo nosotros dos.

Más tarde nos reunimos de nuevo los chicos y yo para esperar a que nuestros papás se arreglaran ya que iríamos a un evento que había en el hotel en las tardes.

—Emi quién como tú… tienes encantado a Sofy —dijo Nath.

—¿Porqué lo dices?

—¡Por favor Emi! No te quita el ojo de encima. Cualquier cosa que le digas se queda perdida mirándote —dijo Nath sonriendo.

—¡Es cierto Emi! Hoy por ejemplo en que platicamos le decíamos algo y no nos hacía caso, estaba atenta a lo que le decías —dijo Yael riendo—. Luego que reaccionaba ya nos hacía caso.

—Yo creo lo mismo chicos. Lo he notado también. Se los dije, ese beso que nos dimos fué una prueba de que le gusto. Pensé que eran imaginaciones mías.

—Creo que sería genial que le dijeras, qué tal que se vuelve tu novia —dijo Nath.

—No lo sé chicos, no estoy seguro. Sería genial que sea mi novia, de verdad me gusta mucho pero ella vive lejos de donde vivimos ¿Cuando la podría ver de nuevo después de esto? ¿Sólo por videollamadas? —pregunté yendo a sentarme a la cama.

—Eso si tienes razón —dijo Yael—. Pero ya dile, no es recomendable estar postergarndo las cosas por mucho tiempo.

—¡Ya sé! Se lo diré apenas la vea de nuevo. Además no pierdo nada con intentarlo ¿Verdad?

—¡Esa es la actitud! —exclamó Nath.

—¡Mañana iré a decirle!.

—¡Niños es hora de irnos! —dijo mi mamá desde la puerta arreglándose los pendientes.

Ya estaban listos para irnos al evento.

En el lugar sólo habían bailes y cosas aburridas así que había que esperar a que termine para ir a otro lado.

Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora