Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)

63. ¿Qué Es Eso? ¡Vaya Susto!

Miré hacia atrás ví que estábamos algo lejos del carro y de mi papá. 

—Yael, ya nos alejamos mucho —le dije, sorprendido mirando rápidamente hacía todos lados.

—¡Tengo miedo, Emi! Eso sonaba como un animal peligroso.

—No creo que sea algo peligroso, lo más probable es que sea alguna ardilla u otro animalito pero no algo grande y menos peligroso —trataba de justificar lo que sea eso qué escuchábamos para no asustarnos más—. Ya vez que pasó la aquella vez, nosotros pensando en fantasmas y era Yaemith.

—Sí, ya sé pero ahorita estamos aquí solos y lejos de tu papá… ¡Tengo miedo!

—Lo sé, igual yo pero mejor vamos a calmarnos. Regresemos al carro por donde venimos. Sea lo que sea eso ya lo perdimos. 

Caminaba junto a Yael de regreso y de nuevo sucedió, escuchamos otro ruido entre unos arbustos cerca, era más fuerte.

Yael al escucharlo se escondió detrás de mí, estaba asustado.

—¡Otra vez regresó, Emi! —exclamó asomándose despacio a mirar hacia aquel lugar—. ¡Es un mounstro!

—Si, ya lo escuché —le respondí, susurrando y un poco asustado.

—¿Y si sale de ahí? mejor vamos corriendo.

—Tranquilo, no es un mounstro —en realidad ya no sabía que pensar, temía que en verdad sea algo realmente peligroso, una serpiente o quizás como Yael dice, un mounstro. Pero era ridículo creer eso, los mounstros no existen, hasta dónde yo se.

—No te alejes, Emi. Por favor —dijo Yael caminando detrás de mí.

—Estoy aqui, tranquilo. Vamos.

Íbamos despacio caminando, estábamos cerca de donde estábamos antes de ir corriendo y algo se movió frente a nosotros en el arbusto nuevamente, no sabíamos si era el mismo u otro animal que había ahí

Yael al escucharlo se asustó demasiado y se lanzó a mi espalda abrazándome fuertemente.

—¡Hey, calmate Yael, suéltame me estás lastimando! —le sugerí tratando de apartar sus brazos de mi cuello ya que me apretaba con mucha fuerza y dolía pero estaba tan asustado que no me dejaba.

Y otro ruido salió de los arbustos. Ambos nos quedamos totalmente quietos observando aquel lugar para que lo que sea que estaba ahí no nos escuchara.

Entre las hojas el brillo de un par de ojos se alcanzaba a ver de nuevo, aquel animal comenzaba a salir de ahí y se acercaba a nosotros lentamente, pero con la oscuridad del arbusto no se apreciaba lo que era. 

Tanto Yael como yo estábamos muy asustados al verlo, nos quedamos parados sin hacer algún movimiento esperando a que no saliera y nos haga daño.

De pronto aquellos ojos se acercaron aún más a nosotros, estábamos temblando.

Moví con los pies una rama que estaba cerca de nosotros y con el movimiento brusco del mismo vimos que el animal retrocedió hacia el bosque detrás de los arbustos.

—Emi… 

—¿Qué pasa? —le pregunté moviendo la cabeza mirando hacia los arbustos—. ¡Ya se fué, estamos seguros!

—Creo que ya no necesito ir al baño… —respondió Yael, con un tono triste.

—¿Porqué?…—le pregunté y de repente sentí algo tibio que me mojaba la ropa por detrás—. ¡Por favor Yael, dime qué no mojaste los pantalones! ¡Porqué me estás mojando también a mí! —le dije en voz baja, sorprendido.