179. Una Inesperada Jugada, ¡Todo O Nada!

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Íbamos caminando hacia la casa de Alan. Veníamos platicando. Nath no dejaba de tocarse la frente. 

—Oye, ya dejaste muy rojo ese granito —le dije—. ¿Qué le hiciste?

—Lo intenté exprimir en que me bañé pero me duele.

—No, así más te vas a sacar otros.

—Se lo dije, Emi —señaló Yael—. En que estaba en el cuarto no se despegaba del espejo.

—Es que no me gusta, me da pena que lo vea Pau —explicó Nath—. ¿No está tan feo, verdad?

—Pues ahora sí, se te desfiguró la cara —bromeé y solté una carcajada.

—¿Qué? —rapidamente esbozó un gesto de preocupación y asombro—. ¿De verdad?

—Claro que no, estoy jugando.

—Calma, todo está bien. Ponle crema o solo deja de estar tocando tu cara —le sugirió Yael.

—Está bien, lo haré.

Íbamos llegando a la casa de Alan y a unos metros Nath se dio cuenta que se le despegó una tira de una de sus chanclas y se agachó para componerla. Yael se quedó esperándolo a su lado.

Yo llegué a la puerta y toqué.

Unos segundos después Alan abrió.

—¡Hola Emiliano! —saludó con emoción—. Pensé que no vendrías.

—Sí, solo que tenía que esperar que se vayan unos familiares para poder venir. 

—Oh, no te preocupes. ¡Ven, entra!

—Espera… solo que terminen esos dos.

—¿Quiénes? —Alan se asomó por la puerta y vio a los chicos que estaban a unos metros de nosotros—. Hmm… ya veo que vienen contigo —señaló con poco entusiasmo.

—Sí, como te dije ayer; ellos vinieron a pasar este puente sin clases conmigo. Son muy buena onda, ya verás que te agradarán aún más. 

—Hmm… claro, está bien.

Nath terminó de componer su chancla y él y Yael se reunieron con nosotros.

—Hola Alan —lo saludó Yael, sonriente.

—Ah, hola… ¿Nathan? —inquirió, levantando una ceja.

—No —soltó una pequeña carcajada—. Yo soy Yael. Nathan es él —lo señaló tomándolo del hombro. 

Nath lo saludo alzando la mano.

—Yo soy, ¿qué tal?

—Bueno, creo que tendré que hacer una plana con sus nombres. Pasa Emiliano, igual ustedes chicos. 

Entramos a su casa. Paseabamos la mirada alrededor, la casa seguía casi igual a como la recordaba. 

—¿Estás solo? —le pregunté a Alan. No veía a nadie más cerca.

—Algo así, mi papá salió por unas cosas.

—¿Y tu mamá?

—Hmm… está de viaje con mi hermanito.

—¿Tienes un hermanito?

—Si —respondió con poco entusiasmo—. Por desgracia —fingió una sonrisa.

—Es que desde la última vez que te vi no tenías, solo eras tú.

—Lo sé, apenas va cumplir 2 años.

—Pero, ¿por qué lo dices así? —le preguntó Yael—. No creo que sea tan malo.

—¿Tú tienes hermanitos? —replicó Alan.

Amigos Inesperados 1 & 2 (Version Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora