58. Euphoria II - Micah

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Micah – Philadelphia
Club Euphoria, Dic 01:00am

Música demasiado alta, luces enceguecedoras, codazos por todas partes, gente hablando a los gritos...

Todos a mi alrededor parecen compadecerme por no disfrutar mi juventud como se supone que haga la gente de mi edad, pero el corto tiempo que he permanecido en este lugar es suficiente para mí para convencerme de que agradezco haber crecido lejos de sitios como estos, y que no hay forma en que los frecuentara. De hecho, dudo que vuelva a poner un pie en otro recinto similar si no es con un motivo de peso. Uno tal y como el que ahora nos ocupa.

Una vez consigo llegar a la barra entre la ola asfixiante de gente que salta, se revuelve, empuja y grita como desquiciada, encuentro un agradecido descanso allí, con el pecho contra el mesón aunque a mis espaldas el mar de gente sigue azotándome sin piedad.

Así ¿cómo se supone que encontremos actividad sospechosa? Para mí todas las personas se ven iguales bajo las luces parpadeantes de colores. ¿Cómo se supone que se distingue a un vampiro entre una multitud si su propósito es precisamente el de pasar desapercibidos entre el ganado para poder hacerse con una presa?

"Gente inusualmente atractiva, pálida y encantadora", fue lo que dijo Byron.

"¿Colmillos?" quise saber, pero me dijo que no lo sabría a menos que tuviera uno justo en frente con las fauces abiertas, y si todo salía según esperado, ese escenario no tendría por qué darse; pues significaría que estaría fuera de los rangos "seguros" en que Byron y Sophie habían prometido mantenerme a un muy renuente y —una parte de mí sabe que de forma fingida— desinteresado Nevi.

Por más que he tratado toda la noche de mantener mis pensamientos alejados de él; de su gesto desaprobatorio, su poca inclinación a hablarme durante los últimos días, y su indiferencia conmigo, no puedo evitar que siga atormentándome y que haga imposible la tarea de concentrarme.

De alguna manera, Nevi se convirtió en un hermano mayor al que he llegado a idolatrar como un ejemplo de lo que deseo ser en la vida; un hombre fuerte, capaz de cuidar de quienes amo, valiente y determinado. Pero cada paso que doy, que creo que me llevará más cerca de conseguirlo, parece ser un tropiezo que solo me gana su desaprobación.

Sé que en el fondo solo está preocupado por mí, y su teatro de doliente a causa de mis supuestos agravios contra él no fueron sino su intento desesperado por disuadirme; quiero pensar que lo conozco lo suficiente para saberlo, pero si todo sale bien esta vez, confío en que le sirva de motivo para confiar más en mí, en mis capacidades y en que me ha enseñado bien.

Y sobre todo... para perdonarme.

Estoy distraído en ello cuando una voz femenina me habla al oído.

—Buenas.

Al principio pienso que es Sophie, pues se oye cantarina y alegre, pero al voltear me encuentro con un rostro completamente distinto.

No puedo evitar retroceder atemorizado y con el corazón atrapado y latiendo frenético en algún lugar de mi garganta, en cuanto la imagen que Byron ha pintado en mi cabeza sobre cómo debería lucir la criatura que buscamos me golpea en la cara.

Ojos de forma almendrada, grandes y castaños, cabello largo, caoba, apretados rizos que se mueven vaporosos sobre sus hombros cuando se inclina sobre la barra...

De la forma más inesperada, tengo de pronto en frente a la mujer más hermosa que he visto en la vida. Sin siquiera buscarla; sin siquiera notar que estaba a mi lado.

HUNTERS ~ vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora