9. Ser mejor - Caleb

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Caleb - Philadelphia
Fábrica, Ene 12:22

—Vamos, Caleb, está vez no tienes motivos para esto.

Se equivoca. Se equivoca...

Niego con la cabeza en lo que compruebo con ambas manos que las esposas están firmemente cerradas en torno a mis muñecas, y acto seguido tiro de ellas para cerciorarme de que, a su vez, la cadena que las une a la pared sigue fija y resistente. Luego, lanzo la llave a los pies de Micah, el cual lo contempla todo desde debajo del quicio de la puerta, frustrado e impotente.

—No nos hiciste daño. Y tu transformación se revirtió... —sigue tratando de convencerme.

No es eso, Micah. No es eso...

Vuelvo a negar con la cabeza. Todavía estoy confuso por todo lo que ha sucedido arriba. Los pitidos, el calor... y los recuerdos... Aún me cuesta respirar y sigo cansado. No sé por qué volví a ser humano pero no quiero arriesgarme a dejar de serlo. Y si estoy aquí abajo estaré más seguro... y los demás también. Sobre todo... ella.

Micah suspira derrotado y se agacha lentamente a recoger las llaves de las esposas.

—Hermano, por favor, no dejes...

Mi amigo deja la frase a medias al verse interrumpido por unas pisadas rápidas bajando las escaleras y poco tarda el rostro de Nevi en aparecer junto a él al otro lado de la puerta.

—¡Buenas noticias, Spike! — exclama.

La sonrisa que decora su cara parece totalmente fuera de lugar teniendo en cuenta lo sucedido arriba hace apenas un momento, y no puedo evitar arrugar el ceño, sin entender qué noticias puede traer ni qué buenas pueden ser.  Sin detenerse ni vacilar, se interna dentro de la estancia, arrebatándole a Micah las llaves de la mano de un manotazo, ignorando mis aspavientos y ruegos por detenerlo.

—Nevi, no... — empiezo.

Pero obviamente él hace oídos sordos y se agacha frente a mí. Hace tiempo que no le había visto tan contento, especialmente desde Navidad. 

Toma mis muñecas con una mano mientras que con la otra acerca la llave a la cerradura.

—Nee consiguió elaborar un suero que... 

Se ve súbitamente interrumpido al momento que me suelto de él con un gesto más brusco del que hubiera pretendido, presa de mi nerviosismo. Durante un instante, lo único que se escucha en la estancia son mis jadeos roncos, demasiado rápidos, y el eco de la cadena sobre el suelo. Nevi se queda bloqueado en su labor y me contempla, confundido. Al toparse con mi rostro asustado, arruga la frente, consciente de que hay algo que se le escapa.

—¿Caleb? — Nevi se dirige a mí con cautela esta vez. —¿Qué ocurre?

Apoyo la cabeza contra la sucia pared, cerrando los ojos y llevándome las manos a la cara, intentando poner la mente en blanco, pero me resulta imposible. Sé que debo confesárselo, era una de las condiciones que me puso cuando me trajo con él. Es solo que... ojalá decirlo y padecerlo no fueran de la mano.

—Lo he recordado... — hablo por fin, con voz temblorosa.

—¿Recordado el qué?

—Todo.

Aunque no les veo, siento cómo Nevi y Micah intercambian una mirada interrogante. Lo sé por el silencio incómodo que nos rodea.

—¿A qué te refieres? —pregunta Micah internándose en la habitación.

HUNTERS ~ vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora