Micah - Philadelphia
Fábrica, Dic 02:20pmMientras Abel juega en el patio, abocado a la nueva entretención que acaba de hallar y que consiste en poner granos de azúcar a las filas de hormigas que logra encontrar para ver si los acarrean consigo, yo medito próximo a la pared, a la sombra; dándole vueltas a como decirle lo que va a ocurrir con nosotros a partir de ahora.
Luce animado con mi regreso. Cuando su mirada encuentra a la mía, observándole desde mi posición, me dedica una sonrisa dulce. No consigo imaginar lo que va a sentir cuando le comunique que, a contar desde el lunes, me ausentaré cada día, y deberá esperarme. No solo eso, deberá quedarse sólo aguardando mi regreso.
Intento imaginar como será el sitio que Nevi ha conseguido para nosotros. Mencionó que la casera era una mujer de edad avanzada en busca de conseguir algunos ingresos extra, y que no tendríamos que hacer mucho más que pagar a tiempo la renta y no hacer demasiado ruido para poder quedarnos el tiempo que quisiéramos.
Si me pongo a considerarlo, Abel ha tenido grandes progresos en este sitio, gracias a la amabilidad de todos; en especial a la de Cassie; quien consiguió sacarlo poco a poco de su coraza. Ya no parece tan intimidado con la gente, como antes. Hace un par de meses, la idea de dejarlo con alguien extraño me hubiese resultado inconcebible. Pero ahora... sinceramente siento que tengo más posibilidades de llegar a un consenso con él.
—Aby —lo llamo, haciendo que levante la cabeza, buscando mi voz—. Ven aquí.
Abel viene corriendo como si fuera un cachorro en pos de su amo; sus finas hebras de cabello plateado agitándose en el viento frío que sopla aún en este sitio resguardado.
Cuando le tengo en frente, toco sus mejillas y sujeto sus pequeñas manos para comprobar su temperatura. Su piel se siente algo helada, pero no demasiado. Tiro de su mano para atraerlo más, sentándome en el suelo contra la pared y separando las piernas, ofreciéndole el sitio entre ellas.
—Siéntate conmigo —le indico, a lo cual obedece, colocándose de espaldas a mí, y recostándose contra mi pecho.
Abrazándole por los hombros, hundo la nariz en su pelo, cerrando los ojos y aspirando el aroma dulce e infantil que emana de él y que tanto me tranquiliza. La idea de separarme de mi hermanito cada día por varias horas me resulta difícil incluso a mí. Consigo arrancarle una risita cuando le beso la zona detrás de la oreja.
—Me haces cosquillas —dice, encogiéndose en un afán juguetón.
Sonrío con los labios aún contra su pelo; pero mi sonrisa no dura demasiado antes de empezar a pensar otra vez en cómo darle la noticia.
—Aby —empiezo, todavía sin haber encontrado las palabras exactas, haciendo que me quede en silencio por largo rato antes de reanudar lo que intento decirle—. ¿Me quieres?
—Más que a nada —responde a la brevedad, girando sobre sí mismo para darme su rostro y acariciar mi mejilla con su palma suave.
Le regalo una sonrisa y tomo su rostro entre mis manos para besarle la frente:
—Y yo a ti también —le digo, compeliéndolo a acomodarse de nuevo de espaldas a mí. Siento que va a ser más fácil hablar con él si no lo estoy mirando; si puedo transmitirle fuerza sólo con mi voz, y que no vea mis ojos y se de cuenta de que soy tan débil como él—. Es por eso por lo que debo velar por ti, y asegurarme de que estés bien.
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HUNTERS ~ vol.2
ParanormalHabiéndose revelado sus respectivos pasados, Byron y Nevi consolidan su alianza. Sin embargo, el plenilunio se acerca, y la situación de Caleb no augura nada bueno. Por otro lado, ambos cazadores saben que no podrán quedarse en Philadelphia para sie...