35. La Máscara del Lobo I - Nevi

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Nevi – Cadillac, Michigan
Calles, Dic 02:03am

—Mierda. Mierda. Mierda...

Este tipo de cosas sólo pueden pasarme a mí.

—Mierda. Mierda. ¡Mierda!

Doblo tan rápido por la esquina que acabo de dejar atrás hace tan solo unos minutos, que casi derrapo corriendo por la acera. La calle está desierta, pero vuelvo a oír gritos, y determino que la chica ha huido a alguna parte, y que, sea lo que sea que la ha atacado, ha corrido detrás de ella.

Entonces, escucho ruido viniendo desde lo que parece ser un callejón, y sin pensarlo por más de un segundo me lanzo por esa dirección.

La callejuela es tan profunda que la luz de los faroles de la calle no alcanza el extremo más alejado de la misma y no puedo ver nada, pero los gimoteos desesperados de una mujer, quien hace no mucho tiempo gimoteaba mi nombre de un modo muy diferente, me indican que voy en la dirección correcta.

Todavía falta para la luna llena; ni siquiera hay luna gibosa; si se trata de un lobo, este debe de conservar aún su forma humana.

De pronto, en la oscuridad, alcanzo a ver dos siluetas. La de un hombre alto, encorvado en torno a la pared y envolviendo a una figura más pequeña, en cuya cabeza distingo una mata de rizos rubios. La figura alta, la masculina, sujeta a la chica por el cuello y esta se debate entre temblores.

Pese a lo cerca que estoy con cada zancada, todavía no parece haber reparado en mí.

O el sonido de mis pasos está siendo mitigado por las luchas y los ruegos de la muchacha, y mi olor ha sido camuflado con el suyo... o este hombre no es más que un pervertido ordinario en busca de una oportunidad. Como sea, recibirá su merecido.

A la distancia suficiente para darle alcance, me elevo en un salto para patearlo con el momentum de mi carrera, confiando en que no hay forma en que pueda fallar; pero en la última fracción de segundo, el sujeto se da la vuelta en redondo y me recibe en el aire con un puñetazo que me impacta entre las costillas y me arroja volando hasta el otro lado del callejón.

Caigo entre dos cubos de basura y escucho a la mujer gritar otra vez:

—¡¡Auxilio!! —Cuando levanto la mirada, veo que el hombre ha vuelto a sujetarla por el cuello, pero noto algo extraño. No está ejerciendo fuerza en ella, sólo la mantiene atrapada.

Por encima de sus alaridos alcanzo a oír una risa masculina, baja y suave:

—Cuando me hablaron de ti me esperaba algo más... —El sujeto calla por un momento, como si buscara la palabra adecuada—. Algo más —concluye.

En el momento en que se da la vuelta noto que tiene el rostro cubierto por una máscara infantil con la forma de la cara de un lobo.

Sólo ese detalle basta para que empiece a plantearme el haber hallado un nuevo hito en mi búsqueda, aunque todavía no estoy seguro de qué es lo que significa, exactamente. Necesito más pistas.

Me levanto de mi sitio algo aturdido, armado de una mayor cautela. La chica no para de llorar. Todas mis defensas están en alto a este punto obra de mi repentino estado de alerta por mis sospechas, y a la vez por su curiosa puesta en escena y elección de palabras.

—Nos conocemos —aventuro, intentando averiguar si el hombre frente a mí me es familiar sólo por los ojos que alcanzo a ver muy brevemente tras la máscara de plástico.

HUNTERS ~ vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora