74. En vela - Byron

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Byron – Philadelphia
Fábrica , Ene. 00:50am

Acompaño a Cassie y a Abel escaleras arriba, seguidos de Keeper, hasta detenernos frente a la puerta de la habitación con la C rosa, y Cassie se detiene, haciendo que Abel y yo hagamos lo propio. La niña coloca la mano sobre la manilla pero no la abre y, en cambio, contempla a su amigo con expresión vacilante.

—Aby... ¿quieres...? — empieza, pero se calla y me contempla, dubitativa. Le mantengo la mirada interrogante, más que nada por qué no sé de qué va la cosa. Ella se pasa la lengua por el labio inferior antes de volver a fijar la vista en el pequeño albino. — ¿Quieres dormir aquí conmigo esta vez?

Sorprendido por su pregunta, lanzo una sutil mirada al niño; no quiero que se sienta intimidado, creo que ya tiene bastante con la pregunta tan directa de Cassie. Y efectivamente sus mejillas y orejas tan coloradas como globos de circo me lo confirman. Veo que él también me mira, como si buscase mi aprobación.

—Ni que fuera la primera vez... — comento despreocupadamente.

Cassie me da un golpe en el brazo a modo de queja y Abel baja la mirada al suelo, poniéndose todavía más rojo. Veo brillar la vacilación en sus ojos rosáceos, así que tomo la palabra por él.

—Está bien, Abel — lo tranquilizo. — Es mejor que no duermas solo.

El pecho del pequeño se infla con un suspiro de alivio y asiente lentamente, todavía incapaz de levantar la cabeza, y avanza a paso rápido hasta colocarse detrás de Cassie, que ya tiene la puerta de la habitación abierta para él, como si temiera que cambiara de opinión. La niña me sonríe.

—Gracias, Byron. Buenas noches — se despide, cerrando la puerta.

"Noches..." "Noche...." "Que cada noche, te asalte la duda de si estaré lista para acabar con tu vida... o con la de aquellos que te rodean..."

Las palabras de la vampira del Euphoria se abren paso entonces en mi mente, demasiado ocupada con el súcubo y la casi muerte de Micah como para recordarlas. Resuenan como una campana que rompe el silencio y brillan como la luz de un faro en medio del mar.

Antes de que Cassie termine de cerrar la puerta, como acto reflejo, alargo el brazo y sujeto el canto de esta con fuerza, deteniéndola en seco con un crujido y haciendo que Cassie me contemple sorprendida ante lo súbito de mi movimiento.

—¿Byron? ¿Pasa algo?

Cuando noto la forma en que me mira, con ojos preocupados y la boca entreabierta, me doy cuenta de la expresión que debo estar teniendo, así que relajo el gesto y suelto la puerta, y trato de tranquilizarla negando con la cabeza.

—No es nada... Solo... — empiezo, entrando en su cuarto sin haber sido invitado. Cassie se aparta sin dejar de contemplarme con suspicacia, y Abel la imita, todavía algo abochornado como para siquiera mirarme. Avanzo hacia su ventana y me asomo por ella. La parte del descampado que se ve desde este lado parece tranquilo, y tampoco hay nada extraño posado sobre el muro o en el camino. — Solo quiero comprobar que la ventana está bien cerrada — invento, corriendo la chapa y afianzando bien los cierres, aunque dudo mucho que un trozo de metal viejo y oxidado pudiera contener a una vampiresa enfurecida.

—Está bien cerrada — me asegura Cassie. — Te recuerdo que he dormido aquí varias noches sola cuando no estabas y he cerrado la ventana yo sola — añade con expresión de orgullo.

Pero no puedo evitar ignorarla, presa del temor que, de ahora en adelante, me produce la idea de que duerma sola.

No sé cuánto sabe sobre mí o sobre Sophie esa vampira; no se dirigió a nosotros por nuestro nombre, ni mencionó dónde vivíamos... Ni siquiera sé si nos ha rastreado o nuestro encuentro en el Club no fue más que una casualidad... Además, si anduviera cerca, Cassie podría sentirlo.

HUNTERS ~ vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora