12. Otra teoría - Nevi

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Nevi - Philadelphia
Granja del refugio, Nov. 19:00pm


Una vez con el muchacho dentro del refugio y el agua hasta el cuello, queda la parte más dura... terminar de llenarlo.

En el horizonte, a oriente, la luna llena empieza a asomar su cara amarillenta e ilumina intensamente el cielo todavía acerado de la tarde. Me tenso sólo de mirarla. Todo parecen en calma, pero ya la noche ha comenzado.

Byron gira una vez más la llave del grifo del agua para terminar de llenar el refugio. Dentro puede escucharse el chorro golpeando las paredes del interior casi a tope; pero no hay señal de que haya una persona en el interior. Caleb está manteniendo la calma, lo cual es buena señal.

Sólo resta esperar, y los minutos parecen eternos. 

La luna va ascendiendo poco a poco y palidece a medida que el cielo se hace más y más negro. Me preparo quitándome el exceso de ropa y armándome de mis navajas, sólo por si acaso. Empiezo a dar vueltas de un lado a otro de forma impaciente. Estoy demasiado nervioso incluso para fumar. Nikolas parece cavilante y más tranquilo que cualquiera de nosotros. Confía plenamente en sus cálculos, pero tal y como lo repitió muchas veces, hay muchas variables. Bob parece preocupado, a la vez que molesto. Y Byron está sumido en un completo silencio.

Entonces, el refugio se llena. Lo sabemos porque el agua empieza a filtrarse desde los adentros, mojando y formando un charco lodoso alrededor de la trampilla del suelo.

Es ahí cuando la cuenta regresiva comienza.

Por si el silencio no hubiera sido lo bastante denso antes de eso, se asienta entre los presentes de forma casi sepulcral. Por un momento parece que ninguno estuviera respirando. Todo el ruido que hay es de las hojas secas del césped moviéndose con el viento imitando el sonido del crujir de papel.

Miro nerviosamente el cronómetro de mi móvil. El tiempo necesario para dejar inconsciente a Caleb se aproxima tortuosamente lento, pero no dejo de mirar los segundos transcurrir, como si hacerlo hiciera que pasaran más rápido.

La espera es eterna.

—Ya casi es hora —anuncia Nikolas finalmente, después de transcurridos cuatro minutos y medio, ganándome la palabra antes de que yo lo haga.

—La cadena está lista —dice Byron, irguiéndose junto a su vehículo, de cuyo parachoques pende una cadena larga con un gancho de acero a cada extremo, uno de los cuales está asegurado al coche. El otro irá alrededor del muchacho para sacarlo del agua rápidamente.

—Esto es una locura. Habéis perdido la cabeza —murmura Bob, con aspecto tenso y cuchicheando algo más para sí mismo, enfurruñado.

Nos llega en ese instante el sonido del primer golpe desde los adentros del bunker. Tal y como ocurrió con el container sellado durante las pruebas, el agua empieza a salpicar desde adentro por las rendijas de la puerta. El sonido, sin embargo, suena más ahogado ahora gracias a la disposición del bunker, bajo el nivel del suelo.

Los golpes incrementan de potencia y el periodo de tiempo entre cada uno se acorta. El no poder hacer nada hasta que haya transcurrido el tiempo final que calculamos me pone increíblemente ansioso, pero me modero. Finalmente, los golpes se detienen. Queda esperar que transcurra el periodo restante hasta completar el limite calculado. 

Pero tras largo rato nada pasa; nadie dice nada...

Compruebo el tiempo en mi móvil después de un rato y noto que ya estamos diez segundos fuera del tiempo determinado, preguntándome por qué Nikolas no nos ha dado la señal, siendo  quien lleva la cuenta:

HUNTERS ~ vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora