Nevi - Philadelphia
Fábrica, Dic 20:30pm—¿Significa que Leyli y Majnun se quedan?
Byron rueda los ojos y menea la cabeza con un esbozo de sonrisa:
—Como si hubiesen conspirado los dos.
Contengo una risa por mi parte.
Jamás hubiese adivinado, cuando traje a Byron y Cassie a la fábrica, que ella y Abel llegarían a formar un lazo tan estrecho. Cassie tiene en el chiquillo un respiro de un montón de hombres adultos, toscos y llenos de problemas, y Abel tiene en ella a alguien de su edad con quien jugar y aprender cosas que competen a chicos de su edad, y con quien ha aprendido a separarse un poco del ala de su hermano.
Entro en la estancia y me dirijo a Byron.
—¿Cuándo partes?
—Mañana temprano —responde este—. ¿Tú?
—Esta madrugada.
Micah levanta la mirada a nosotros. Noto en su rostro un dejo triste que intenta disimular.
—¿Por qué tan pronto?
—Byron tiene coche; yo necesito ganar algo más de tiempo.
—¿Y si lo llevas tú? —sugiere Cassie, viniendo junto a Byron.
—Vamos en direcciones opuestas, bonita. No se puede —le explico, sobándome el cuello adolorido. Haberme dormido en el suelo no es tan extraño. Haber caído allí casi en estado de coma la noche anterior debido al alcohol, con el cuello torcido, es otra cosa—. Como sea, es temprano aun, pero quizás es mejor que me despida ya. A ver si consigo dormir un par de horas antes de pirarme. Para entonces estarán todos dormidos como troncos.
Micah levanta hacia mí una mirada melancólica. No me la sostiene por mucho tiempo antes de que esta se desvíe de nuevo al suelo.
Sin más dilaciones, me dirijo a Byron y le ofrezco una mano que este estrecha en la suya con fuerza.
—Que tengas suerte. Y procura regresar a salvo, o no podrás negarle a Majnun la mano de Leyli. —Byron frunce el entrecejo sin comprender. Le doy una palmada en el hombro de forma afectuosa—. Cuídate, Byron. Ahora tienes a alguien que espera tu regreso. No lo olvides, ¿vale?
El aludido asiente.
—Tú también cuídate —responde—. ¿Nos vemos en navidades, entonces?
La sola mención de ello hace que se me revuelva el estómago. Navidades. Un refugio. Niños. Una bestia hambrienta... Todo es demasiado familiar.
Por un momento se me pasa por la cabeza la posibilidad de que la historia se repita. Mi mirada vuela de forma automática a Caleb, quien me devuelve un gesto confuso, y sacudo la cabeza.
Regreso a Byron.
—Estaré de vuelta antes de eso. Tienes mi número, en caso de cualquier cosa. — Me giro entonces hacia el muchacho albino—. Micah, tú también. Mantente en contacto conmigo, ¿de acuerdo?
Este da una cabeceada. El pecho se me estruja un poco cuando toca despedirme de él.
—Entrena cada vez que puedas, trabaja duro, cuida de tus hermanos; de todos tus hermanos —le indico, aludiendo a Caleb y a Cassie—, y cuídate, Micah, ¿de acuerdo? Quiero volver a verte en una pieza. Nos veremos pronto.
—Adiós... —dice aquel por toda respuesta, bajando la vista, y prefiero no presionarlo demasiado.
Me agacho entonces, para quedar a la altura de Abel y Cassie:
ESTÁS LEYENDO
HUNTERS ~ vol.2
ParanormalHabiéndose revelado sus respectivos pasados, Byron y Nevi consolidan su alianza. Sin embargo, el plenilunio se acerca, y la situación de Caleb no augura nada bueno. Por otro lado, ambos cazadores saben que no podrán quedarse en Philadelphia para sie...