Nikolas – Philadelphia
Algún lugar de la ciudad, Dic 5:30amMientras la acalorada sesión dure no puedo hacer más que intentar distraerme en la pintura craquelada de la pared gris y sucia al frente, o las manchas grasientas del colchón debajo de mí para no morir de aburrimiento y hastío, conforme hago lo posible por mantener el equilibrio sobre mis manos y rodillas ante las rudas acometidas que me arremeten a un ritmo monótono desde atrás.
Estoy seguro de jamás haber echado polvos más malos, en toda mi vida.
A pesar de que nuestros encuentros han tenido cierta frecuencia, este sujeto todavía coge como si nunca lo hubiera hecho antes. A mis espaldas, resopla y chilla como un puto asno.
En algún punto dejé de fingir que lo disfrutaba para complacerlo e hice a un lado el teatro para después limitarme solamente a guardar silencio y esperar por que termine. No parece que le importe demasiado si lo está haciendo bien o no, de todas formas. Y mientras siga dándose por pagado solo con esto, no tengo mucho de qué quejarme, honestamente.
—Te gusta así, ¿verdad? —resuella, y cierra con fuerza los dedos en torno a mi trasero, clavándome las uñas.
«No.»
Ruedo los ojos lleno de tedio, aprovechando que no puede verme a la cara y contengo el impulso de decírselo. A estas alturas mis jadeos no son sino de cansancio. El único posible atributo de este sujeto es lo mucho que puede durar; lo cual hubiese sido una cualidad, pero que, considerando lo malo que es en la cama, más bien le juega en contra.
Si al menos fuera atractivo de alguna manera... Pero aun cuando no es particularmente feo, por otro lado apesta a sangre de animal, suda demasiado, tiene un aspecto soso y desabrido, y por si fuera poco es tonto como un ladrillo; aunque en estas circunstancias aquello último es un punto a mi favor.
Es, de hecho, la razón por la cual lo elegí.
Mi silencio parece darle la idea errónea y aumenta la intensidad de sus movimientos. Por mi parte solo me resta esperar a que eso le ayude a acabar pronto, y mientras tanto vuelvo a centrar la vista en la pared. Pero no puedo permanecer distraído por demasiado tiempo. A medida que se vuelve más brusco no solo no lo estoy disfrutando en lo absoluto, sino que esto empieza a volverse incómodo.
Se me escapan gemidos involuntarios. Ninguno de placer.
****
6:00am:
Las cuatro paredes mugrientas que enclaustran el reducido espacio no son mucho más interesantes ahora de lo que eran hace un rato, pero siguen ofreciéndome una visión más agradable que la del sujeto a mi lado —Chad, como no podía ser de otra manera—... Hay un intenso olor a tabaco, sudor y ropa sucia impregnando el ambiente, y me pregunto si quedarme más tiempo en este chiquero hará que se me impregne a mí también.
No hay ventanas en su piso, por lo que el humo del cigarrillo que me estoy fumando asienta una densa niebla en el lugar que empieza a picarme en los ojos. El suyo yace ya apagado y humeante todavía en el cenicero.
Desde mi sitio en la cama revuelta, después de dar una calada, echo un vistazo por el rabillo del ojo hacia el borde de la misma y recorro con disgusto la espalda de quien hasta hace poco me acompañaba allí. Tuerzo una mueca al hallarla repleta de un acné protuberante y enrojecido. No me extraña viniendo de una persona que suda tanto y que se pasa el día entre moscas, orina y mierda de animales.
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HUNTERS ~ vol.2
ParanormalHabiéndose revelado sus respectivos pasados, Byron y Nevi consolidan su alianza. Sin embargo, el plenilunio se acerca, y la situación de Caleb no augura nada bueno. Por otro lado, ambos cazadores saben que no podrán quedarse en Philadelphia para sie...