27. Toute seule - Sophie

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Sophie, Philaelphia
Apartamento, Ene. 11:00am

Repito la rutina de todas las mañanas.

Tras una sesión matutina de running, regreso a casa, me doy una ducha calientita y procedo a desayunar pan francés, café con leche y fruta. Está claro que lo que dijo el doctor Graham no dista de la realidad; siento mi cuerpo en buena forma, no me duele nada, ni noto más cansancio o menos resistencia. ¿Es reamente posible que, tal como diagnosticó, esté todo en mi cabeza?

Doy un lento mordisco a la tostada rebozada en leche, huevo y canela y me quedo pensativa: pero, entonces, ¿por qué me desmayé?

El súbito sonido del timbre de mi teléfono móvil rompe la quietud de mi apartamento situado en un piso número veintiuno al que ni siquiera llega el ruido del tráfico y me hace dar un brinco, borrando de golpe todos esos pensamientos sobre lo sucedido en el río. Miro el nombre de la persona al otro lado de la línea y se me atasca el bocado al tragar: es papá.

Titubeo unos segundos a la hora de contestar. Las últimas veces que ha llamado no he contestado, incluida la vez que lo hizo en fin de año. Ni siquiera le he felicitado el nuevo año. Hace mucho que no hablo con él. No es que no quiera, pero sé cómo terminan todas nuestras conversaciones. Sin embargo, no puedo evitar pensar que está preocupado y aunque solo sea para quitarle esa angustia de encima, presiono el teléfono verde y el botón de altavoz y contesto:

Salut, papa! — saludo con ánimos, tras lo cual doy un sorbo de café.

Soso, mon coeur, t'est bien?! —Su voz suena terriblemente inquieta y más alta de lo normal. — T'est bien?! —repite, al ver que no respondo enseguida.

Trago el café y trato de calmarle.

Oui, je suis bien. Qu'est-ce qu'il-y-a? Pourquoi es-tu si inquiet?

Pourquoi je...? — repite él, indignado. — J'ai reçu les factures de la clinique!

Oh, merde!

Antes de que pueda decir nada, él sigue hablando al otro lado de la línea:

Qu'est que c'est?! Qu'est ce que tu as?!

C'est rien, papa, ne t'inquètes pas — trato de convencerlo.

Pero sé que es inútil. Obviamente si ha recibido todas las facturas de todas las pruebas que me he hecho —que no son precisamente pocas—, está claro que está muy preocupado. Y cuando está muy preocupado la conversación siempre gira en torno a lo mismo.

Tu me mens! Test respiratoire, TAC, même une resonance, Soso! Pourquois toutes ces essais?

Aprieto la cara en una mueca que agradezco que no pueda ver. Tengo que inventar algo rápido.

Pero antes de que me dé tiempo a contarle otra mentira, su tan típica y esperada frase no tarda en hacer acto de presencia.

C'était pour une autre chasse, n'est-ce pas?

A partir de aquí, el diálogo no es más que un guion; el mismo de siempre, de todas nuestras llamadas telefónicas. Pongo los ojos en blanco y suspiro. Ya se me ha quitado el hambre. Ni siquiera me molesto en intentar decir algo porque sé que ahora viene su discursito de siempre.

Arrête cette folie tout de suite, Sophie! Tout ce monde est trop grand pour toi!

C'est pas vrai! — replico, contagiándome de su tono recriminatorio. Odio cuando me dice eso.

HUNTERS ~ vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora