54. Nevada I - Cassie

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Cassie – Philadelphia
Fábrica, Dic 8:30am

Despierto con la sensación de haber dormido mejor que en toda mi vida. He vivido muchas Navidades, pero nunca he podido celebrarlas. Nunca ha sido una fecha especial, nunca la he pasado con gente que me importara, nunca he tenido regalos. Y anoche fue la primera vez que sentí que realmente vivía una Navidad que mereciera la pena recordar.

La luz blanquecina se cuela por la sucia ventana y me da de golpe en el rostro, obligándome a abrir los ojos. Es demasiado blanca. Me destapo con cuidado, me levanto y me asomo por ella, solo para contemplar un inmenso manto blanco impoluto rodeando la fábrica y reflejando la luz del sol tras las nubes. Creía que nada podía mejorar la fiesta navideña de anoche, pero una mañana nevada claramente lo hace.

Regreso sobre mis pasos hasta el colchón del cuarto de Byron y le sacudo el hombro con no demasiada sutileza.

—¡Byron, Byron! ¡Despierta!

Un sonido mezcla entre un gemido y un quejido es lo único que sale de su boca.

—¡Está todo nevado! —insisto, volviendo hacia él.

Ni siquiera ha abierto todavía los ojos y lo único que hace ante mi insistencia es cubrirse el rostro con la manta para protegerse de la luz. Imitando lo mismo que me hace él en ocasiones, agarro la manta y le destapo del todo, impidiéndole dormir más.

—¡Vamos a jugar en la nieve!

—Mngj...

Aún sin abrir los ojos, Byron estira la mano buscando la manta que tan abruptamente le he retirado y provocándome una sonrisa al verle tan adormilado. Supongo que lleva unos días muy duros y, por un día, le gustaría dormir un poco más. Así que le acerco de nuevo el borde de la manta y le dejo descansar.

—Vale, me voy con Micah y Abel —le digo, bajando el tono.

—Llévate a Keeper... —murmura Byron con voz de zombi.

El perro, tumbado en una esquina del cuarto, al escuchar su nombre, levanta la cabeza y mueve ligeramente el rabo. Le miro y me golpeo los muslos para llamar su atención, llamándolo por su nombre.

—Keeper, ¿vienes conmigo? ¿Vienes a jugar un poco?

Keeper se levanta sin demasiada prisa y viene hacia mí. Le acaricio un poco el cuello antes de que vaya hacia Byron, buscando con su hocico la cara de su dueño entre las mantas. Byron suelta otro murmullo mientras se mueve bajo las mantas, imagino que tratando de protegerse de la húmeda nariz de Keeper y de sus lametones para poder seguir durmiendo, pero finalmente una mano grande asoma por encima de la cabeza del perro, acariciándosela. La cara de Byron emerge finalmente de debajo de las mantas con una mezcla de fastidio, sueño y resignación.

—Creo que quiere que vengas tú —me río.

—Ya lo veo —comenta él, frotándose los ojos para acostumbrarlos a la luz.

Me siento en el suelo para calzarme las deportivas mientras Byron sigue desperezándose, pero lo hace terriblemente despacio. Luego tomo la bufanda de Gryffindor y me la enrollo al cuello. Tengo muchas ganas de estrenarla. Me levanto, ansiosa de salir ya.

—Venga, qué lento eres —me quejo.

Él no contesta, solo suspira, y no sé si lo hace buscando paciencia o porque todavía está más dormido que despierto. Impaciente, me dirijo hacia la puerta.

HUNTERS ~ vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora