Nevi - Maryland
Aberdeen - Nov. 23:08pmNo tardo mucho en encontrar el sitio desde el cual Byron envió el mensaje, junto con la furgoneta estacionada cerca de los árboles. Queda más allá de la ruta noventa y cinco, cruzando la carretera hacia un área boscosa. Evito usar la linterna del móvil. Si Caleb está por los alrededores, la luz podría alertarle sobre el hecho de que le seguimos y es posible que vuelva a escaparse. La luz de luna, sin embargo, es más que suficiente para acompañar mi camino.
Me muevo aprisa por entre la maleza hasta que, a lo lejos, entre la espesura que conforman las siluetas negras de los árboles recortadas contra el aura azulada del plenilunio, distingo la figura alta de Byron, acompañado de la forma canina de Keeper, que se mueve de un lado a otro ansiosamente.
—No irá a la ciudad —dice Byron en cuando nota mi presencia y señalando un punto en el suelo.— Se está alejando.
Me agacho sobre el suelo intentando recolectar un poco más de información. Hay pisadas como las de Keeper, pero mucho más grandes; como las de un oso, pero con la forma de las patas de un lobo. Alcanzo a ver algunas hebras hirsutas de pelo color marrón oscuro cuando alumbro la huella con la luz de la pantalla de mi móvil a potencia mínima. Al frente, advierto algunas ramas rotas provenientes de los árboles que flanquean el camino de hierba pisoteada, regadas por el suelo. Algo grande se ha movido por este sitio y va rumbo oeste.
—En esta dirección encontrará White Oak y después Bel Air, a menos que se desvíe. Aunque no veo razón para que lo hiciera —dice Byron, comprobando el mapa de Maryland en su propio teléfono.
—Aberdeen está a salvo por ahora; pero hay que encontrarlo antes de que encuentre a más personas.
—En marcha — apura él.
—Dividámonos —sugiero—. Ve tú por la carretera; yo iré a través del bosque.
Byron me observa ceñudo.
—Así cubriremos un área más amplia. La autopista rural más cercana intercepta Woodside y otro par de comunidades pequeñas. No está de más echar un ojo por allá y asegurarse de que Wilfred Glendon no siembre el terror entre los aldeanos de Maryland.
—¿Estás seguro?
—Confía en mí. Tengo experiencia desplazándome por bosques. Seguiré el rastro y si se desvía, te enviaré un mensaje y te diré a qué altura, a ver si podemos sitiarlo.
—De acuerdo. Estaremos en contacto entonces —asiente Byron, empezando a hacer el camino de regreso hasta la carretera en busca de la camioneta. Keeper va detrás de él y desaparecen ambos entre la vegetación.
No pierdo tiempo antes de ponerme en marcha yo también y emprendo mi camino en un trote ligero a través de los árboles.
Las largas mañanas y tardes de entrenamiento con Micah han servido para ponerme en una condición física lo bastante buena como para poder correr varios kilómetros antes de empezar a sentirme cansado. El camino se hace monótono, acompañado del crujir de las hojas cuando me muevo entre ellas o el de la gravilla bajo mis pies y el rastro no varía demasiado entre pisadas en la tierra, hierba pisoteada, ramas desnudas y pelo.
Hasta ahora no ha habido pistas que me indiquen que estoy cerca de Caleb y aquello empieza a frustrarme. El móvil me fibra en el bolsillo y me coloco uno de los auriculares para contestar con el manos-libres:
—¿Alguna pista? —pregunta Byron al otro lado de la línea. Puedo escuchar el ronroneo del motor y el de las llantas sobre pavimento y sé que está conduciendo.
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HUNTERS ~ vol.2
ParanormalHabiéndose revelado sus respectivos pasados, Byron y Nevi consolidan su alianza. Sin embargo, el plenilunio se acerca, y la situación de Caleb no augura nada bueno. Por otro lado, ambos cazadores saben que no podrán quedarse en Philadelphia para sie...