Cassie - Pennsburg, PA
Casa de Bob, Ene 8:00amContemplo los viejos y desgastados guantes rojos que Byron sostiene frente a mí. Son pequeños, feos, con la piel despostillada y el velcro medio despegado. Pero son con los que Byron aprendió a pelear, y ahora es mi turno para hacer lo mismo. Porque ahora son míos.
En su día, después de un entrenamiento, Micah me explicó que Nevi y Byron tienen estilos diferentes de pelear. Mientras que Nevi se apoya más en la agilidad y en las piernas, adoptando un estilo de lucha que Micah llamó "Muai Thai", Byron se favorece más de la fuerza que le otorga su complexión y su estatura, utilizando el "tren superior", que más tarde supe que se refería a la parte superior de su cuerpo, y valiéndose de puñetazos y golpes secos. Lo que comúnmente se conoce como "boxeo".
Y eso es lo que voy a aprender.
A pesar de que me muero de ganas por empezar mi primera lección, no puedo evitar soltar uno o dos bostezos conforme Byron acomoda los guantes sobre mis manos, sujetándolos a las muñecas con cordones y cerrando el velcro. Ha sido un madrugón tremendo después de la fiesta de anoche. Me sorprende que él esté tan fresco, ya que estoy segura de que se acostó más tarde que yo, y que después de beber tanto no tenga lo que ellos llaman "resaca".
Ha preparado el lugar poniendo un par de colchonetas sobre el suelo, y nuestras sudaderas descansan sobre una silla junto a una cuerda de esparto, una taquilla y el saco de boxeo. No puedo esperar a empezar a darle puñetazos a este último, pero Byron asegura que aún es pronto para eso. A pesar de estar ambos únicamente en mangas largas de camisa de algodón, no hace frío gracias a la calefacción de la casa, y tengo el estómago lleno tras la enorme cena de anoche y un potente desayuno que Byron me ha prácticamente obligado a tomar, aun cuando él solo se ha tomado un café.
—Ya está— tercia Byron, una vez finalizada la labor. — Comprueba que no se te muevan.Sacudo las manos a ambos lados de mi cuerpo, pero los guantes están bien sujetos. Por dentro son más duros de lo que me imaginaba, pero está claro que no se trata de manoplas para la nieve.
—¿Por qué tengo que usar guantes? —pregunto en lo que él se dirige hacia una taquilla. — Tú te pegas sin ellos todo el tiempo.
—No quieras empezar la casa por el tejado, Cassie.
—¿Eing?
Sin decir nada más, Byron toma la cuerda de esparto de la silla y empieza a desenrollarla con calma en lo que avanza hacia el centro de la colchoneta. Le contemplo sin tener ni idea de lo que pretende, y lo observo extendiéndola de un extremo al otro de las dos colchonetas, dividiendo el espacio en dos mitades exactas. Cuando termina, enrolla el resto de cuerda sobrante y la deja en un costado para que no nos moleste, y acto seguida me hace un gesto para que me acerque, y yo acato lo que me dice.
—De acuerdo — aduce, colocándose frente a mí, pero del otro lado de la cuerda, y yo le observo expectante, lista y preparada, con los brazos elevados a ambos lados de mi cabeza. — Lo primero es la postura. Eres diestra, así que coloca la punta de tu pie izquierdo tocando la cuerda — indica. — Y baja los brazos, o te cansarás antes de tiempo.
Hago una mueca dejando escapar un bufido y bajando los brazos. Está claro que todavía queda tiempo hasta que empiece a pegar puñetazos. Avanzo mi pie izquierdo y coloco la punta de mi deportiva sobre la cuerda de esparto.
—Ahora, que tu talón derecho también toque la cuerda — vuelve a ordenar Byron, y yo obedezco.
—¿Así está bien? — pregunto, contemplando mi propia postura.
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HUNTERS ~ vol.2
ParanormalHabiéndose revelado sus respectivos pasados, Byron y Nevi consolidan su alianza. Sin embargo, el plenilunio se acerca, y la situación de Caleb no augura nada bueno. Por otro lado, ambos cazadores saben que no podrán quedarse en Philadelphia para sie...