Nevi – Philadelphia
Fábrica, Dic 9:00amDespués de esperar a que Micah se cambie a ropa más cómoda, nos movemos los dos hasta nuestro lugar de entrenamiento acostumbrado, en aquel espacio cuadrado de paredes derruidas, sin techo.
En lo que estiramos antes de comenzar, los pensamientos en mi cabeza zumban como avispas sin concederme un minuto de paz o silencio. La riña con Nikolas, la posible cura para Caleb, Peyton, lo que pasó en Cadillac... Los motivos para estar intranquilo suman y siguen.
Noto entonces, durante un breve lapso de calma, que Micah tiene la vista perdida en sus zapatos y que no habla. A decir verdad, desde que regresé que luce así de ensimismado.
—¿A qué viene esa cara? Ya han sido suficientes vacaciones —lo amonesto, esperando que solo se trate de eso—. Paciencia, Whitey, solo será una hora. O quizás menos; después podrás ir a jugar con Copo de Nieve.
Después de un rato, él asiente, mirándome apenas de refilón.
Al cabo de unos minutos terminamos de calentar y empiezo a girar lentamente la muñeca de mi mano lesionada para devolverle algo de la movilidad perdida.
Al alzar la vista, me percato de que Micah tiene ahora la suya puesta en las rotaciones de mi muñeca.
—¿Me dirás ahora qué fue lo que te pasó? —su voz, por encima de su tono apacible acostumbrado, lleva cierto atisbo demandante.
Me planto de brazos en jarras a mirarlo con una ceja en alto:
—Mírate, tan altanero. ¿Desde cuándo te atreves a hablarme así?
Su rostro se llena de colores y desiste, nervioso.
—N-no... No quería que sonara...
Muevo la cabeza, sin poder contener un bufido, divertido por lo fácil que resulta incomodarlo.
—Relájate, Whitey —me burlo—. Ya viene siendo hora de que formes un poco más de carácter. Está bien —consiento, al tiempo en que levanto la mano en alto—. Tuve un pequeño encuentro en Michigan.
—¿Con el lobo al que buscabas?
—No. —Mi tono decae ligeramente—. Pero creo que estoy cerca de algo. El lobo con el que luché... intuyo que era uno de sus amigos. —Micah me observa expectante, como si esperase por oír el resto. Me encojo de hombros con una ceja en alto—. ¿Qué? No soy Morgan Freeman. ¿Esperabas un relato inspirador? El maldito me dio una arrastrada y me disloqué un par de dedos. Y eso fue todo.
Parece decepcionado, pero también aliviado.
—¿No te pasó nada más?
—Ah, Whitey... —Me río—. Yo llamo a esto un jueves.
No parece del todo satisfecho con mi respuesta, pero no infiere en nada más y solo da una cabeceada sin muchos ánimos.
—Bien, ahora espero que hayas sido constante con tus ejercicios, porque retomaremos justo desde donde lo dejamos.
—Estoy listo —declara, más seguro, adoptando su pose de pelea acostumbrada; que es una mezcla de la mía y la suya propia, enseñada por su padre.
Y entonces, da inicio nuestra sesión.
Reconozco que Micah se ha vuelto más rápido e intuitivo a la hora de frenar mis ataques, y se nota la constancia de sus entrenamientos en el tono muscular de sus brazos, su postura y su fuerza al bloquear. No obstante, si bien sus evasivas son veloces, sus golpes son mucho más lentos que la última vez, y tras algún rato empiezo a notar que pareciera como si adrede me estuviese errando con ellos.
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HUNTERS ~ vol.2
ParanormaleHabiéndose revelado sus respectivos pasados, Byron y Nevi consolidan su alianza. Sin embargo, el plenilunio se acerca, y la situación de Caleb no augura nada bueno. Por otro lado, ambos cazadores saben que no podrán quedarse en Philadelphia para sie...