Nikolas - Philadelphia
Algún lugar de la ciudad, Ene. 23:00pmEl piso no tiene ventanas. Pero no las necesito para saber qué hay detrás de las murallas pintadas de ese verde desabrido. Específicamente, en el cielo nocturno.
Casi es luna llena, y dado todo lo que ha sucedido el último tiempo, el chico lobo ha quedado en último lugar de las prioridades, y hace que me pregunte si los demás piensan en lo que sucederá llegado ese momento siquiera una milésima parte de lo que lo hago yo.
En el suero. En si resultará... De eso depende mi sanidad actualmente.
«Inútil»
No. Funcionará. Sé que lo hará. Tiene que hacerlo.
—¿Qué es esto?
La voz de Chad me recuerda que le tengo justo al lado. Atrapa mi mano, la de las costuras, y la gira frente a su rostro para observar las suturas con un respingo.
—«Body stitching».
—¿Te van esas cosas? —enarca una ceja y suelta mi mano—. Salvo el piercing de tu lengua, no he visto que tengas otros. Ni tatuajes.
—Quien sabe... Podría considerarlo.
—¿Te tatuarías mi nombre? Es corto —sugiere con un afán sugerente.
—Me tatuaría tu polla —le sonrío de vuelta, y omito añadir que sería todavía más corto. Aunque me veo tentado nuevamente a hacerlo solo para borrar la sonrisa arrogante de su rostro.
—Una mano rota, la otra bordada... ¿Qué le pasó a la primera?
—Me mordió un animal. —Una mentira. Bueno... casi.
—¿Hay animales en ese rancho?
—Unos cuantos...
Aquel asiente, y aunque no lo miro directamente, sé que me contempla por la esquina de su ojo.
—Como sea, ¿qué estás haciendo en ese rancho de mierda, tan lejos?
Empina una botella de whisky barato y me la ofrece.
—De paso.
Lo recibo, aunque sabe asqueroso, y le doy un trago. Dejará de saber a nada, eventualmente, cuando haya bebido lo suficiente... Hemos vaciado un tercio en lo que va de la noche.
Chad enciende un cigarrillo y me ofrece otro, pero lo rechazo. He aprendido a odiar el olor que tienen los que fuma. E irónicamente me encuentro echando otro en falta en cuanto me golpea la peste de los suyos. Después de un par de caladas, tuerce el gesto.
—Me has hecho venir hasta la ciudad y luego tendré que dejarte de regreso allí. ¿No podíamos haber cogido allí? O en el auto.
—Hay más gente allí.
—¿Y?
—Si no te gusta, tendrás que esperar a que regrese a la ciudad.
—¿Y cuándo será eso?
—Pronto. —Otra mentira. Una que espero sinceramente que resulte verdad.
Reclama de vuelta la botella, le da un trago largo y agria la expresión. Un par de gotas brillantes le caen en el pecho desnudo y lampiño y se deslizan por su piel, escarceada del sudor del ejercicio reciente.
—Lo que me gastaré en gasolina cada vez que quiera un polvo —continúa quejándose—... Si esa fuera mi intención, mejor hubiese buscado una puta en cualquier lugar de-...
ESTÁS LEYENDO
HUNTERS ~ vol.2
ParanormalHabiéndose revelado sus respectivos pasados, Byron y Nevi consolidan su alianza. Sin embargo, el plenilunio se acerca, y la situación de Caleb no augura nada bueno. Por otro lado, ambos cazadores saben que no podrán quedarse en Philadelphia para sie...