HUNTERS ~ vol.2

2. Un tercer punto de vista III - Micah

Micah - Philadelphia
Fábrica, 10:30am

Uno frente al otro en posición de combate, no sé qué esperar de este encuentro.

En especial, porque es la primera vez que practico con otro oponente.

Aunque es severo, Nevi suele ser paciente. No puedo imaginarme qué clase de maestra será Sophie; si acaso su rostro dulce y su voz cantarina se corresponderán con su método de enseñanza, o si en cambio su apariencia es engañosa y me dará una paliza.

Una cosa es segura, y es que si se enfrenta a vampiros con destreza, está muy por encima de mí, y no debería bajar la guardia.

—Primero —comienza—, ¿cuál crees que sea tu punto fuerte?

—¿Punto fuerte? —cuestiono.

—Según he comprobado en el caso de Nevi, el suyo es la velocidad. —Doy una cabeceada. Nunca vi a un ser humano moverse como él—. El de Byron es la fuerza.

Intento decidirme por alguno. No lo tengo claro. Es obvio que no soy tan veloz como Nevi, pero tampoco me atrevería a decir que soy tan fuerte como Byron; aún me falta mucho para igualar a ambos.

—No soy tan rápido. Ni tan fuerte —reconozco.

—O quizá necesitas ver el vaso medio lleno —aduce ella—. Querrás decir que más bien eres tan rápido como fuerte. Estás balanceado à la moitié. A la mitad. Solo tienes que potenciar eso y usarlo en tu favor.

Sophie avanza rodeándome y lanza su primer ataque, una patada alta que esquivo, conectada con otra, de la pierna contraria, la cual atajo.

—¿Lo ves? —sonríe, triunfante— Acabas de probar mi punto sin mucho esfuerzo, combinando ambos.

Dispara otro ataque, dos puñetazos seguidos, y mi defensa se repite. Esquivo uno y freno el otro. Entonces me percato de que es lo que suelo hacer siempre. Es instintivo; mientras que Nevi rara vez bloquea ataques, a menos que sea imposible esquivarlos; lo cual hace con más frecuencia.

Me contagia de su sonrisa y continúo frenando sus ataques al mismo tiempo en que los evado, y ella aumenta su velocidad.

—¿Cuál es el tuyo?

Sophie se mueve por uno de mis costados y me sorprende por las espaldas lanzando un golpe que no hubiese podido frenar, pero que detiene ella antes de impactarme.

—Agilidad —respondo a mi propia pregunta al entenderlo, y ella dibuja una sonrisa encantadora.

—Hay muchos estilos de pelea. El mío se orienta hacia el Karate; pero no limitado; también sé algunas maniobras de Kung Fu. Uno aprende más cosas por el camino, tu sais. El de Nevi es complejo. Según pude apreciar durante un pequeño encuentro amistoso que tuvimos; ya sabes, poco antes de ton grand début —me guiña un ojo, pero no he entendido a qué se refiere—, una combinación entre Muay Thai callejero con acrobacias más típicas de Capoeira.

Continuamos por algún rato, manteniendo un ritmo de pelea más bien amistoso, midiendo los movimientos del otro para aprenderlos y contrarrestarlos.

Los suyos son gráciles; como si bailara más que luchara, mientras que los míos, antes medidos, van cobrando más velocidad y fuerza conforme me convenzo de que no tengo de qué preocuparme a la hora de lastimarla. Sabe lo que hace mejor que yo, y por lo demás, resulta interesante tener como oponente a alguien completamente nuevo.