Micah - Philadelphia
Fábrica, Ene 11:00Ojos amarillos, resplandecientes como lagunas en medio de un incendio; fauces afiladas; zarpas como navajas...
Pasando por alto los rasgos animales que devoran rápidamente la humanidad de su expresión, la fiera que se agita y estremece con el pecho henchido, ahíto de bramidos enardecidos, tiene el mismo rostro del muchacho al que, más que un amigo, he llegado a querer como a un hermano.
Y sin embargo, resulta tan diferente al mirarlo.
Nunca lo había visto así. Me transmite escalofríos, y una imperativa urgencia de huir y ponerme a salvo. Sería más fácil admitir que no lo reconozco y obedecer a ese instinto, pero en el fondo sé que es él; el chico tímido, noble y bueno. Caleb, mi hermano; sé que es él... Sé que se esconde allí dentro de la fiera, en alguna parte.
No desisto. Sin soltar los laterales de su rostro, le ruego que me mire y que vuelva en sí. Por encima de los gruñidos que vibran entre las paredes de su garganta colmada de venas palpitantes le aseguro que todo está bien; que nada puede dañarlo... Que la chica que ahora le observa aterrorizada en el suelo, desde donde no se ha movido, presa del shock, no es la misma chica de su pasado; mediante cuyo asesinato ha estado siempre convencido de que se consumó su transición al monstruo que siempre ha temido ser.
Pero todo esfuerzo es infructuoso.
Justo cuando empiezo a perder todas las esperanzas, Caleb termina de extinguirlas con un empujón tan duro como el que antes propinó a Sophie, el cual me lanza lejos de él.
Vuelo por los aires un instante, agitando brazos y piernas en busca de asidero, hasta aterrizar sobre las espaldas y rodar dos veces sobre mi costado en el frío del concreto polvoriento.
—¡¡Micah!! —escucho el grito de mi hermano, pero cuando le advierto por el rabillo de mi ojo, Cassie lo sostiene, impidiendo que se acerque.
Finalmente, la transformación de Caleb alcanza un punto de no retorno, en cuanto sus garras crecen el doble de su tamaño, adquiriendo la forma de las zarpas de un animal, y en cuanto el amarillo de sus pupilas se dilata y abarca la totalidad de sus ojos.
—... Mon dieu...! Qu'est-ce que c'est! —exclama Sophie.
Y con el sonido de su voz, la fiera despierta del todo.
Sus pupilas amarillas se clavan en Sophie, y arranca en una carrera desaforada en su dirección.
—¡CALEB, NO!
No sé en qué momento me pongo de pie, ni cómo; sólo sé que estoy corriendo directo a encontrarlo.
Escucho a Cassie y a Abel gritar casi al unísono.
Un plan. Necesito un plan. Los consejos de Nevi resuenan todos en mi mente al mismo tiempo sin que pueda asir ninguno y repasarlo con la suficiente claridad como para que me sirvan de ayuda; son como un enjambre de avispas que zumban alrededor de mi cabeza, tan rápido que no puedo seguir ninguna con la vista.
Aún sin ser capaz de lograrlo, sin una idea clara de qué haré o cómo, consigo interceptar el camino de Caleb justo antes de que pueda llegar a Sophie. Y me veo obligado a luchar contra él; la última cosa que hubiese imaginado que sucedería hoy; y, desde luego, la última que hubiese querido nunca.
Consigo distraerlo metiéndome en su campo visual y embistiéndolo por un costado para romper su balance. Al principio solo parece tener un objetivo en mente, y no soy yo, pues mi ataque le distrae por momentos muy breves antes de volver a enfocar su terrible mirada de ojos ámbar sobre Sophie, lanzando zarpazos erráticos en mi dirección, como si pretendiese espantarme como a un bicho que le resulta molesto.
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HUNTERS ~ vol.2
FantastiqueHabiéndose revelado sus respectivos pasados, Byron y Nevi consolidan su alianza. Sin embargo, el plenilunio se acerca, y la situación de Caleb no augura nada bueno. Por otro lado, ambos cazadores saben que no podrán quedarse en Philadelphia para sie...