54. Sin vuelta atrás - Micah

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Micah, Pennsburg, PA
Casa de Bob, Ene. 22:00pm

—Tus ojos en mí, no en tus pies —me indica Nevi, bloqueando una de mis patadas para devolverme otra que me da contra el costado y casi me tira al piso. Aterrizo sobre mis manos sobre la tierra yerma de la parcela con el impulso suficiente para conseguir una rueda de lado que me pone lejos de su alcance.

—¡Muy bien! —observa Nevi y no puedo evitar sentirme orgulloso. Es la primera acrobacia que aprendí, y si bien no se parece ni por lejos a alguna de las más impresionantes de Nevi, al menos sé que mi agilidad va mejorando.

Continuamos a buen ritmo por largo rato, lanzando y bloqueando golpes. Mis reflejos se han vuelto mejores también y mis movimientos más rápidos. Es difícil seguirle el ritmo a Nevi y sé que aún hay momentos en que se contiene, pero mi velocidad se ha vuelto mejor.

Un momento de distracción casi me cuesta un puñetazo directo al rostro, que bloqueo con el antebrazo.

Puedo notar que iba con fuerza cuando siento el dolor recorrerme todo el hueso y respondo con otro que Nevi esquiva con demasiada facilidad.

—Muy lento. ¿Ya te cansaste? Apenas estamos calentando.

Lanzo otros dos golpes, y los vuelve a evitar.

Hasta ahora he podido bloquear y evitar mejor sus golpes, pero siempre por demasiado poco. Lo que es darle a él uno efectivo... no ha pasado ni una sola vez desde la mañana después de Navidad... y en esa ocasión tuve que atacarlo desprevenido por las espaldas.

Y aun cuando he aprendido sus técnicas para escapar a un intento de inmovilización, no he podido inmovilizarlo yo a él ni una sola vez. Es todavía demasiado rápido para mí.

—Vamos, Whitey, ibas a buen ritmo.

En un intento desesperado por imitar su velocidad, me lanzo de forma demasiado precipitada con un puñetazo, tras el cual no consigo volver a tiempo a mi posición inicial antes de que Nevi se haya escabullido por uno de mis costados, y sienta sus brazos fuertes torciendo los míos en una dolorosa llave que me tumba al piso sobre una de las rodillas. El dolor electrizante de mis músculos torciéndose en un ángulo forzoso me arranca un gemido.

Escucho a mis espaldas un suspiro pesaroso de su parte:

—No te precipites, Micah; jamás lo hagas, a menos que estés a punto de morir y tu último recurso para escapar sea tomar un gran riesgo. En el instante en que empiezas a lanzar golpes ciegos perdiste la pelea. Nunca esperes ganar un encuentro gracias a un golpe afortunado; eso probablemente jamás te pase.

Dejo caer la cabeza, lleno de frustración, recobrando el aliento.

—Lo siento, Nevi...

Siento sus brazos aflojarse alrededor de los míos y se aparta de mí rápidamente, imagino que más por costumbre que porque realmente crea que voy a intentar algo.

—No lo sientas. Levántate y sigamos.

Le miro por unos instantes antes de apartar la vista. No hay rastro de decepción en su mirada. Al contrario, luce listo para seguir. Ha tenido demasiada paciencia conmigo.

—¿Te vas a desinflar a estas alturas? He dedicado mucho tiempo y energía a enseñarte, así que como se te ocurra abandonar tu entrenamiento, voy a hacer que lo lamentes —me advierte, aunque no hay amenaza en su voz.

Le doy vueltas un momento a sus palabras. Mi gesto se tuerce sin que apenas me dé cuenta, pero él lo nota enseguida.

—Otra vez esa cara... Escúpelo, ¿qué piensas?

HUNTERS ~ vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora