Hormiguero (III)

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Siguieron avanzando por los túneles, diezmando la población de hormigas soldado. Poco a poco, empezaron a llegar refuerzos por la retaguardia, aunque debían pasar a través de Muros de Hielo y varias trampas, sobre todo Abismos de Viento. No obstante, suponían una presión adicional, que por el momento podían soportar sin incurrir en un gasto excesivo de maná.

–No se acaban nunca– se quejó Goldmi.

–¡Mejor! ¡Así podréis subir de nivel más rápido!– la animó la vampiresa.

Eldi las ignoró. En aquel preciso instante, estaba ocupado esquivando una pata, y cortándola poco después.

Fue entonces cuando todo tembló. El techo y las paredes del túnel parecían desmoronarse en algunos tramos, amenazando con enterrarlos vivos. Pronto se dieron cuenta de que no era eso lo que estaba sucediendo, aunque no estaba claro que fuera una buena noticia.

Tras caer las primeras capas de tierras, pudieron ver aparecer las hormigas. Ninguno de ellos sabía si habían estado allí enterradas esperando, o sí habían excavado desde otro túnel, aunque poco importaba ya. De repente, tenían varios frentes abiertos, y sus enemigos llegaban desde todos ellos.

Gjaki frunció el ceño, mirando a sus compañeros. Pensó que quizás tendría que usar todo su poder, o abrir un Portal para escapar de allí. Sin embargo, aparte de la sorpresa inicial, no vio en ninguno de sus rostros el más leve atisbo de pánico. No pudo evitar sonreír. Aquello se ponía interesante.

Goldmi retrocedió unos pasos, evitando así que la tierra le cayera encima. Del agujero en el techo salían dos hormigas, una de las cuales se dirigió hacia ella. No obstante, la ignoró por ahora, a pesar del peligro que conllevaba.

–Yo me encargo– le había dicho su hermana alada un momento antes.

La elfa tenía plena confianza en la azor, que se lanzó contra la hormiga con Proyectil, envuelta en viento, y Chocó contra ésta. Mientras el ave distraía y le arrancaba los ojos a la hormiga con su poderoso pico, Goldmi disparó tres proyectiles con Flecha Penetrante hacia los ojos de la otra, con la intención de cegarla.

Al mismo tiempo que las flechas se dirigían a su objetivo, ella se adelantó de nuevo, mientras la felina se encargaba de Saltar sobre una de las que se acercaba desde atrás. La empujó contra la que estaba un poco más atrás, obstruyendo temporalmente el túnel y ganando un respiro.

–¡Atrás!– avisó la elfa a su hermana alada por su vínculo.

La azor no dudó en hacerle caso, apartándose de su hormiga. Un instante después, Goldmi invocó un Pilar de Viento. Hubiera sido normalmente un gran gasto de maná, pero habían visto que las hormigas se agolpaban por el agujero en línea recta, dispuestas a caer sobre ellos. Pocas veces tendría la oportunidad de que el hechizo fuera tan efectivo.

Decenas de hormigas fueron golpeadas por los poderosos vientos cortantes del Pilar. Eran empujadas las unas contra la otras, y sufriendo un gran número de cortes. Sus partes más sensibles, sus ojos y antenas, padecieron enormemente.

Algunas murieron, y todas sufrieron heridas más o menos graves. Además, el Pilar también atacó el propio túnel, provocando que los insectos perdieran su agarre. Cayeron una sobre otra, siendo las primeras aplastadas por sus compañeras.



Mientras tanto, junto a Eldi había aparecido un túnel lateral, a su izquierda. Un poco más atrás, uno que venía en diagonal desde abajo a la derecha, del que se encargó Gjaki.

–Necesito soportes– pidió la vampiresa, mientras usaba Sangre a los Pies y saltaba sobre la cabeza de una hormiga.

Había rápidamente clavado cuatro lanzas en el suelo, y enredado sus hilos en ellas. Eldi lanzó una Bola de Hielo al túnel lateral para ralentizar momentáneamente a las hormigas. El frío era efectivo contra ellas.

Seguidamente, creó rápidamente un Muro de Hielo y otro de Tierra al frente, tras empujar a la primera hormiga con Propulsar. Inmediatamente, saltó con la ayuda de Poder Canguro sobre aquellas lanzas, y usó Golpe Devastador para clavarlas hasta el fondo a medida que caía.

Se impulsó entonces con el martillo hacia su agujero mediante Terremoto, lanzando a las hormigas que querían salir de allí hacia atrás, y empujándolas contra las que las seguían. Como en el caso de Goldmi, el túnel estaba muy concurrido.

A continuación, usó su recientemente readquirida Balancín. Golpeó el suelo con el martillo para que se elevara de golpe unos metros más allá, empujando a las hormigas contra el techo.

Lo siguiente era acercarse y alternar Propulsar y Apartad para tirar a las hormigas hacia atrás, unas sobre las otras. Siendo de gran tamaño, necesitaba usar las habilidades varias veces, hasta que consiguió el suficiente espacio. Las dos primeras hormigas, además, habían visto su cráneo totalmente aplastado.

Después de ello, retrocedió. Creó mientras los hacía tres Muros de Hielo y uno de Tierra, bloqueando así temporalmente aquel túnel lateral. Miró entonces hacia el otro túnel, de donde salía la vampiresa cubierta de polvo.



La hormiga abrió sus mandíbulas para recibir con un Escupitajo de ácido a la vampiresa. Ésta usó el látigo para Agarrarlo a una de las patas y cambiar rápidamente de dirección. Llegó hasta la pared y se impulsó de nuevo hacia la hormiga, que intentaba fijar su objetivo, y que se encontró con su mandíbula cerrada de golpe por el golpear de dos piernas.

Gjaki subió sobre su cuello y bajó por el otro lado. Luego, corriendo velozmente, pasó por debajo, entrecruzándose entre sus patas a la vez que las esquivaba con facilidad. Siguió su carrera mientras la hormiga trataba de darse torpemente la vuelta. Y mientras Cordel Vivo la ayudaba a ejecutar su plan.

Pasó por debajo y encima de más veinte de ellas, aprovechando para herirlas cuando estaba cerca. Usaba Si es líquida es sangre y Disrupción Sanguínea para crear más caos. Aunque el solo hecho de estar entre ellas, esquivándolas, cortándolas y golpeándolas ya creaba bastante.

Podría haber acabado con todas con facilidad usando todo su poder, pero había prometido restringirlo al de sus compañeros. De hecho, así era más emocionante, un verdadero reto.

Cuando se dio media vuelta, algunas habían caído, enredadas por los hilos cada vez más tensos. Otras intentaban moverse torpemente, claramente restringidos por dichos hilos. Sólo unas pocas se movían con cierta libertad.

Invocó un Mastín de Sangre para seguir sembrando caos, y volvió a hacer la carrera inversa, siempre con cuidado de esquivar las patas y el ácido. En cuanto salió, se encontró con la mirada de Eldi, que también parecía haber acabado su trabajo. Alzó su pulgar.

Regreso a Jorgaldur Tomo IV: ReencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora