Sufrimiento inesperado

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–Es... Estoy bien...– jadeó Goldmi, que sudaba profusamente –. Es sólo... ¡Aagh! Otra vez...

–¡Goldmi!– la miraba preocupada la vampiresa, sin saber qué hacer.

–No pasa nada... Me preocupa más Eldi... Está herido...– señaló con la mirada a su compañero.

–Estoy bien... Bueno... Duele si me muevo... Unas curas me irían bien... No sabía que iba a ser tan... intenso... Ja, ja... ¡Ay! Me duele si me río...– respondió él.

Diknsa siguió curándolo, aunque más que preocupada, estaba desconcertada.

–¿Qué es todo esto?– preguntó la madre de Gjaki.

–Mi experimento ha funcionado demasiado bien... Ay...– explicó éste.

–¿Experimento?– preguntó Gjaki completamente desorientada.

No fue hasta un par de segundos más tarde que se fijó en ellos y lo entendió. Al fin y al cabo, a ella le había pasado algo parecido con el dragón, al absorber su poder.

–¡Estáis subiendo de nivel!– exclamó ella, tan sorprendida de su descubrimiento como entusiasmada.

El fuego había quemado el oxígeno, provocando además la acumulación de dióxido y monóxido de carbono. Sin saber exactamente lo que sucedía y sin poder dejar su puesto de guardaespaldas, una a una, las hormigas había ido sucumbiendo. La última había sido la hormiga reina.

Siendo todas ellas entre 90 y 93, había supuesto una gran ganancia de experiencia. Habían subido sus niveles a 82 casi de golpe, lo cual había supuesto un severo trastorno a sus cuerpos y su maná. Aunque ni mucho menos comparable al que Gjaki había sufrido en el pasado.

Ambos asintieron, recuperando poco a poco la respiración, y mientras Diknsa se sentaba agotada. Siendo muchos niveles inferior, había gastado todo su maná para curar parcialmente a Eldi.

–Gracias, Diknsa– agradeció éste, sentándose en el suelo.

Poco después Goldmi y él mismo acabarían de curar sus heridas. Había sido muy peligroso, pero había valido la pena.



El primer hechizo que Goldmi había recuperado, en 73, había sido Autodestrucción, similar a los hechizos de Eldi y Gjaki, aunque esta vez la trampa era de viento. Prácticamente, sólo es útil para destruir marcas de portal cuando son descubiertas, por lo que apenas lo tenía en 4.

Los dos siguientes eran Muro de Luz y Muro de Viento. El primero apenas había sido útil como iluminación, y estaba en 3. El segundo tampoco lo había usado excesivamente. Para proteger un punto resultaba más útil el Muro Natural, mientras que para dañar a sus enemigos desde lejos le era más fácil usar Abismos o sus flechas. No obstante, a veces no había tenido plantas a su disposición, así que había llegado a 6.

En 76, estaba una curiosa trampa de viento llamada Trampolín, que comprime el aire para lanzar a quien cae en ella. En el pasado, la habían usado a menudo para saltar sobre un desnivel, para practicar el vuelo, o simplemente para jugar. Por ello, la tenía en 10.

Láser es una excepción entre los hechizos de luz. La trampa emite fuertemente concentrados haces de luz, que pueden hacer daño real incluso a seres no pertenecientes a la oscuridad. Tiene la particularidad de que los diferentes haces puedes dirigirse en la dirección que se requiera, posibilitando la creación de espectaculares efectos. Por ello, lo tenía en 8, y había sido invitada a varios festivales en el juego, junto a otros con habilidades similares.

Atracción usa el perfume de las flores y el viento para atraer a los objetivos a un cierto punto. Es muy útil para levear, pues agrupa enemigos para atacarlos a la vez.

En 79, ¿Maldiciones a mí? elimina una maldición. Era el mismo hechizo que tenía Gjaki, pero más caro de ejecutar al no ser experta en maldiciones. Estaba en 10, a causa de que su amiga vampiresa la había forzado a levearlo, quisiera o no.

Descompresión consiste en expulsar aire comprimido. Ello permite impulsarse en el aire si se está Flotando, o puede usarse ofensivamente. Lo tenía en 9, ya que era divertido para volar.

Resaltar es un curioso hechizo de luz cuyo principal objetivo es ocultar cosas o seres tras la luz que resalta otros objetivos. Provoca a la vez que la atención se enfoque en lo resaltado, como oculta tras una luz brillante lo que se quiere esconder. También era muy útil en exposiciones, la razón principal por lo que estaba en 6.

Finalmente, estaba Colchón, que sirve para acolchar una caída, aunque también puede usarse simplemente como cama elástica. Lo tenía en 8, y estaba deseando probarlo con sus hijas con la excusa de levearlo.

En cuanto a habilidades, en 73 estaba Todos Iguales. Es una habilidad tan inútil como compartida por todos los jugadores, que permite cortar algo en trozos idénticos. Sin embargo, en su caso, la usaba a veces en la cocina, por lo que la tenía en 6. Se sintió un tanto aliviada al recuperarla. Ahora podía dar porciones exactamente idénticas a sus dos gemelas, y así no se pelearían por eso, por lo que estaba segura de levearla en casa.

Simétricos era igual de inútil que la anterior. La habilidad sirve para crear agujeros simétricos con daga o espada, a la misma distancia. Aunque para ella tenía ahora cierta utilidad para adornar algunos postres. Por ahora, estaba en 2.

Mil Ojos es una habilidad pasiva muy útil. Escuchando los susurros de las plantas, permite averiguar si algo se mueve en los alrededores. Aunque no es precisa, es una buena advertencia para usar Detección de Vida.

La siguiente era Compartir, que permite compartir una habilidad entre las hermanas, siempre que sea algo sencillo y sean compatibles. Por ejemplo, el Desgarrar de la felina no le era muy útil a la elfa, pero podía ser usada por la azor. Estaba en 10.

Perforar es una habilidad que también tenía Gjaki, y que dobla la fuerza de la espada o la daga. Estaba en 8.

La siguiente, Una con la Naturaleza, oculta totalmente la presencia, como si fuera una planta más. Evidentemente, sólo puede usarse donde haya vegetación.

En 79, Flecha Traviesa consiste en provocar que los enemigos tropiecen con el proyectil. Tiene mayor rango que Obstáculos, aunque es individual. Muy útil cuando persigues a tus compañeros por cualesquiera razón, así que estaba en 8.

Comprensión es una habilidad pasiva que permite entender los estímulos de la naturaleza, como los olores de cada una de las plantas, y así reconocerlas con suma facilidad. Es algo innato en las dríadas.

Confianza consiste en envolverse en un aura que muestra el vínculo con la naturaleza. Dicha aura provoca inconscientemente una mayor confianza y cercanía en la mayoría de seres vivos, aunque puede tener el efecto contrario en algunos seres de oscuridad. A Gjaki le encantaba.

Finalmente, en 82, estaba la habilidad Interceptar, que permite precisamente interceptar otro ataque con flechas, daga o espada. Aunque podía hacerlo manualmente, la habilidad lo facilitaba, sobre todo cuando debía enfrentarse a múltiples ataques a la vez. Estaba en 10, ya que había tenido muchas ocasiones de usarla, demasiadas.

Regreso a Jorgaldur Tomo IV: ReencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora