¿Por qué soy tan afortunada?

2.9K 104 23
                                    

Emily's pov

Habían pasado tres meses desde que Hanna y mi rubia dieran a luz, nunca me hubiera imaginado de lo dichoso que sería volver a tener otro hijo, tener que vivir de nuevo esa gran experiencia con sus pros y contras, pero que finalmente terminaba en algo hermoso. La destreza de tener un hijo era algo que sólo aquellos que lo vivían podían opinar, sí que era verdad que cada uno tenía su veredicto pero si nunca había experimentado realmente lo de tener un bebé, su dictamen no sería tan admisible, porque cuando alguien tenía un hijo era en ese momento cuando empezaba a ver y vivir lo que realmente significaba ser padre o madre, por eso era verdad cuando decían de que en el instante que te convertías en madre tu mundo cambiaba, aunque no para peor, sino que para mejor.

Cuando Taylor llegó al mundo sentí cómo cada parte de mi cuerpo reaccionaba ante tal pequeña criatura que tenía delante, incluso mis sentimientos se mezclaron provocando que llorara de alegría, siempre me habían gustado los niños, mis padres decían que tenía un don especial para ellos, quizás era porque intentaba entenderlos lo mejor posible, aunque sabía que tampoco era muy minuciosa en esas cosas. Decía que era normal que te sonrieran a la mínima que les hicieras algo o pusieras caras graciosas, aunque mis padres mantenían su postura; ya que no todos los pequeños sacaban su mejor sonrisa y yo era una de las afortunadas de poder conseguir eso. Desde el primer instante en que vi a mi pequeña no pude estar más que agradecida de poder sostenerla entre mis brazos, de que la dueña de mi corazón pudiera haber dado a luz a un ángel como ella, con sus dedos pequeños y esos ojos azules te robaba el alma, y fue allí en presencia de mis dos joyas cuando me di cuenta de lo acertada que estaba. El día que nació nuestra segunda hija fue otra gran fecha en nuestras vidas, junto con su nacimiento llegó otra sorpresa de la que nunca me hubiera imaginado que Ali pudiera hacer...

Flashback

Era martes por la mañana, me había levantado temprano y me había encargado de vestir a Taylor para llevarla al cole, a la zona de preescolar; Ali estaba en la cama tumbada, aunque esta vez se mantenía despierta; organicé el desayuno para mi rubia y lo subí a la habitación para que no tuviera que hacer demasiados esfuerzos ya que en cualquier momento podría llegar nuestra hija.

- ¿Seguro que vas a estar bien? ya sabes que puedo quedarme contigo después de que deje a Taylor- coloqué la bandeja en la mesilla y me senté a su lado.

- Em, estoy bien- sonrió- si ocurriera algo ya sabes que a la primera a la que llamo es a ti cielo- cogió mi mano dándole un apretón.

- Lo sé, pero no quiero que te pase nada- dije preocupada.

- Y no me va a pasar porque tengo a la mejor enfermera de casa que una pudiera desear- dijo coqueta.

- Así que enfermera eh?- seguí su rollo- creo que debo auscultarla antes de irme señorita Fields, es un protocolo que debemos seguir- comenté posando la mano sobre su pecho para notar los latidos- oh dios mío! va más rápido de lo que debería, tiene que calmarse un poco.

- A lo mejor si no tuviera a una sexy enfermera atendiéndome...- me cogió del borde de la camiseta y me atrajo a ella juntando nuestras frentes- tal vez ahora mi ritmo sería más normal- terminó de decir.

- ¿Puedo hacer algo para que le baje las pulsaciones?- pregunté juguetona.

- Para bajar las pulsaciones no, pero para hacerme sentirme en las nubes si- respondió mordiéndose el labio.

- ¿Y qué es, pues?-levanté la ceja.

- Bésame- dijo al borde de mis labios- hazme sentir como tu sabes bien- añadió en un susurro.

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora