Tengamos otro

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Alison's pov

Pasaron dos semanas desde que fuimos a aquella excursión de la naturaleza, nunca me hubiera imaginado de la gran sorpresa que me dio Emily; no importaba la manera en la que lo hacía que siempre te sorprendía con algo increíble, ya fuera algo comprado por ella o organizado por ella, pero sin duda alguna lo que más asombraba, era que todo lo que hacía lo convertía en romanticismo. Podía decorar una habitación con cualquier utensilio, te gustara o no, y aunque por adelantado pareciera maravilloso y sensiblero, una vez que tenías visión de eso, iba mucho más allá, realmente no sabría explicarlo, pero si tuviera que decir algo, era que ella lo convertía todo en algo mágico, algo que te llegaba enseguida al corazón, y en mi caso muchas veces lograba sacarme las lágrimas, claro que eran de alegría.

Hoy era viernes y después de clase, decidimos en que llevaríamos a las niñas a un parque que habían inaugurado hacía poco, Hanna me habló de él, y según lo que dijo con sus palabras literales: "me maravilla la de gran variedad de columpios que hay, además de añadirle un gran punto positivo, un restaurante cerca". En cuanto me dijo eso, empecé a reírme, era inverosímil que después de tantos años, con dos hijos, y todavía más vida que vivir, la rubia seguía siendo aquella joven graciosa y comilona que conocíamos. Por mucho que hubiéramos crecido, sido madres, trabajáramos y nos hiciéramos mayores con el tiempo, nunca dejaríamos nuestro espíritu juvenil. 

No me despertó el sonido de la alarma, sino que un pequeño golpe en la puerta fue lo que hizo que girara la cabeza para encontrarme con dos preciosos ojos azul-verdosos mirándome; en cuanto vi a nuestra pequeña morena sonreír, no pude eludir en sacar mi mejor sonrisa y abrir los brazos para que viniera a la cama conmigo.

- ¿Cómo has dormido cielo?- pregunté una vez que la tenía hundida en mi cuerpo.

- Bien, mama me ha ayudado a vestirme- dijo con su dulce voz.

- Y veo que habéis hecho un gran trabajo- les congratulé por el trabajo- te quiero tanto- volví a achucharla haciendo que se riera.

- Mami- decía entre risas- tengo que llevarte abajo.

- ¿Abajo?- cuestioné extrañada.

- Si- echó una risita- mamá me ha dicho eso- me miró con esos hermosos ojos.

- Bueno pues si mamá quiere que vaya para abajo, eso es lo que haremos- la cogí aúpas y seguimos las escaleras hasta llegar a la cocina. 

No tuve que dar ni un paso más para quedarme impresionada ante la imagen que tenía delante, Taylor estaba frente a la mesa con una servilleta en su brazo, era una mini camarera a la espera de que el cliente se sentara. Y luego estaba mi mujer, tan perfecta como siempre, la encargada de preparar todo aquello colocado en la mesa, cosas como estas hacían que me enamorara aún más de ella, y aún me preguntaba cómo era posible que lograra que una cosa tan sencilla se convirtiera en algo maravilloso. Las tres personas más importantes de mi vida trabajaron en equipo para sorprenderme con aquella conmoción, era más que feliz, adoraba a cada una de ellas, y tenerlas día a día era algo de lo que estaba agradecida.

- ¿Todo esto es para mí?- dije fascinada.

- Si mami- respondió Tay acercándose a mi con una gran sonrisa- bueno, para todas en general, pero mamá ha querido que te hiciéramos una gran entrada, como dice que eres su reina, pues hemos pensado que esto sería adecuado- explicó detalladamente.

- Cielo, esto es más que adecuado- acaricié su cabeza- va mucho más allá, esto es inconcebible- me agaché para darle un beso en la mejilla.

- Por aquí mami- me llevo hasta el asiento de Lauren para que sentara a la pequeña y después me guió hasta el mío.

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora