Mi amor verdadero (Emison)

La obra teatral del colegio 1

Alison's pov

- Em!- grité dejando caer las lágrimas mientras corría hacia ella. 

- ¿Qué pasa cielo?- me hundió entre sus brazos. 

Por fin podía decir que después de todo el rato pasado en la clase con Paige, volvía a sentirme segura, pude volver a respirar con tranquilidad, porque sabía que estando con mi morena no me pasaría nada, ella era mi protección, a la que siempre iba a resguardarme de todo. 

- Lo siento mucho- lloraba con la frente apoyada en su pecho.

- Estoy aquí, estaba preocupada porque estabas tardando mucho y he salido a buscarte- acariciaba mi espalda con delicadeza- Ali- levantó mi cara para secarme las lágrimas- ¿qué te ha pasado?!- dijo alarmada no esperando ver mis mejillas sonrojadas de las bofetadas de esa víbora- tienes un pequeño corte- rozó el dedo con cuidado sobre él.

- ¿Qué?- cuestioné aturdida; tenía dolor, pero no lo sentí por completo hasta que el dedo de mi morena acarició la herida- he escuchado un ruido de una de las clases, y he ido a ver si se encontraba alguien ahí, y cuando me he dado la vuelta la puerta estaba cerrada, y..y...y..ella estaba ahí, como si lo hubiera planeado todo para poder abordarme.

- ¿Quién? ¿Quién estaba ahí?- estaba preocupada, pero sabía que su tono se había tornado con rabia y enfado por el echo de que alguien me hubiera puesto la mano encima. 

- Yo quería llamarte pero no tenía el móvil- dejé que más lágrimas cayeran- Em, ella estaba ahí...P...

- Vaya vaya vaya, veo que tu mujer ha acudido en tu búsqueda- oí esa voz que tanto me repugnaba. 

- Tú- habló mi morena con furia- como te atreves a tocarla!!- me hundió más en sus brazos. 

- Emily, si tampoco ha sido para tanto- echó una risa- yo la veo de una pieza, no es así?

- Vas a lamentar haberla tocado Paige- rechinó los dientes- ya te lo dije, si tocabas a Ali, te ibas a enterar de las consecuencias. 

- Me ha faltado al respeto, y he hecho lo que debía haber echo, déjate de mierdas- se acercó más a nosotras- no te tengo miedo Fields- dijo desafiante. 

De un movimiento veloz, me soltó con cuidado y se abalanzó contra ella cogiéndola de la parte trasera del cuello y llevándola hasta la pared golpeando su cara contra ella, unas tres veces fueron las que conté, que fue cuando tuve visión del líquido rojo que comenzó a caer por su nariz. 

- ¿Qué coño te pasa?- empujó a mi morena una vez había logrado soltarse de su agarre. 

- No, que te pasa a ti!!- contestó aún cabreada- así que que te haya echo esto está mal, pero que le hayas pegado a mi mujer está bien? vete antes de que te parta la cara por completo- apretó los puños, pero me acerqué por detrás plantando la mano en su espalda. 

En las ocasiones en que mi morena estaba enfurecida o triste, era yo la que se encargaba de relajarla, sabía el efecto que tenía el simple echo de colocar una mano en su espalda. Ni siquiera tenía que decir palabras, rozar su espalda con la mano era suficiente para sentir sus músculos calmarse, y me alegraba saber que en situaciones como esas, fuera capaz de tener ese efecto en ella. 

- Esto no va a quedar así- le envió una mirada amenazante antes de darse la vuelta y abandonar el pasillo. 

- Está claro que no!- dijo alto para que pudiera escucharlo.

- No merece la pena seguir cielo- hablé en un susurro, pero suficientemente audible. 

- Lo siento- me abrazó con fuerza, como si su vida dependiera de él.