¿Niño o niña?

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Emily's pov

Habían pasado días, con los días semanas y con las semanas meses, cada vez se podía apreciar el aumento de barriga de Ali, estaba ya en su quinto mes de gestación; la verdad es que no se quejaba mucho, pero en ocasiones le entraban antojos muy raros como: pan con nutella y queso, ketchup sólo con hogaza... En varias ocasiones tenía que tener doble repuesto de las cosas porque a menudo le venían los deseos a la noche,  me levantaba a cualquier hora para que estuviera cómoda y atenderla, por mucho que luego tuviera sueño a la mañana prefería que fuera yo la cansada antes que ella, al fin y al cabo llevaba a nuestro bebé en el vientre y aunque a veces intentara esconder el dolor que le causaba en la espalda o en cualquier otra parte, yo sabía perfectamente que sufría, por eso valía la pena hacer todo eso por ella.

Hoy era un gran día, ya que íbamos a descubrir el sexo de nuestro bebé, tenía todas mis esperanzas a que sería una niña, por el contrario, mi rubia seguía manteniendo la postura de que iba a ser niño; Hanna y Aria estaban en su séptimo mes de embarazo lo que manifestaba que ya sabíamos el sexo de sus bebés. Aposté que el de la rubia sería una niña y el de la pequeña un niño, pero anduve equivocada en el de la morena, las dos esperaban chicas, en cuanto nos informaron nos alegramos mucho y decidimos hacerles una fiesta del bebé regalándolas todo tipo de accesorios para sus hijas; además fue en la misma festividad cuando Spence anunció que estaba en cinta, al escuchar la noticia Hanna se la abalanzó y la comió a besos. Todas íbamos a ser madres el mismo año, empezando por las hijas de Aria y Han, siguiendo nuestro bebé y por último el de Spence; era un paso más en nuestras vidas, poco a poco fuimos asentando las cabezas y era ahora cuando nos tocaba ser a nosotras el ejemplo de nuestros hijos.

Era jueves y teníamos trabajo por la mañana, acordamos la cita con el doctor a las 5 para que le hicieran la ecografía a mi chica, estaba ilusionada, optimista, animada, encantada... de poder saber por fin el sexo de nuestro hijo; sabía que mi mujer siempre estaba preciosa de cualquier manera, pero no sé que efecto tenía el embarazo en ella que hacía que estuviera aún más resplandeciente, se lo decía todos los días aunque a veces ella no coincidía con mi opinión, argumentaba que estaba demasiado gorda y que se veía muy fea; muchas veces evitaba hacer el amor porque decía que no quería aplastarme, pero yo nunca me daba por vencida y le mostraba todo lo hermosa que se veía. Las hormonas también le jugaban pasadas, a veces estaba muy feliz y cariñosa, y en otras ocasiones el humor le cambiaba en cuestión de segundos, de estar alegre pasaba al lado pesimista y viceversa; mentiría si dijera que no me ponía cuando sacaba su carácter, aunque debía mantener las distancias y evitar acariciarla ya que daba miedo cuando sacaba todo su enfado.

Me levanté después de que sonara por segunda vez el despertador, ahora ponía la alarma a dos tiempos, como me levantaba a las noches para atender las gulas de mi mujer, luego no había quién me despertara a la mañana, y por eso ponía la primera a la hora de levantarse y otra al de diez minutos. Me levanté de la cama y tras vestirme, bajé a la cocina a preparar el desayuno para las dos, puse música y comencé a hacer el almuerzo al ritmo de la melodía; estaba terminando de hacer huevos revueltos cuando noté el tacto de cierta barriga, sabía perfectamente quién era y moviendo la cabeza me encontré con esos ojos azules que tanto me enamoraban.

- Buenos días preciosa- le di un pequeño beso en los labios- ¿qué tal has dormido?- pregunté cogiendo sus manos.

- Como un lirón- contestó sonriendo- fíjate que hoy no me ha costado levantarme- dijo dándome un beso en la mejilla y cogiendo su taza de leche.

- Y tanto que lirón- me reí- me parece que voy a tener que llamar a Spence y preguntarle ese café que toma que tanto efecto le hace- le guiñé un ojo y me senté en la mesa.

- ¿Tanto te he despertado?- cuestionó preocupada.

- No te preocupes cielo, ya estoy acostumbrada- le di un mordisco a la tostada- es más, prefiero ser yo la que esté así y no tu.

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora