Las cosas no se hacen así

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Emily's pov

Me había levantado la mañana siguiente antes de que el despertador sonara, llegó un momento en la noche en que no pude más y dejé de dormir; por mucho que intentaba cerrar los ojos, no lograba volver a ese estado de sueño al que deseaba. Me daba envidia la sencillez con la que mi rubia podía cerrar los ojos y descansar sin tener que desvelarse a la noche, claro que en cierto modo prefería que fuera yo la insomne antes que ella. Estuve un rato contemplando a la belleza de al lado, Ali era la razón por la que sacaba fuerzas en días que apenas quería levantarme, era la causa de que no pudiera eludir en sonreír como una tonta por mucho que estuviera desanimada, todo lo hacía por ella y por nuestras hijas, mi familia era lo más importante. Tras dar un pequeño beso en su cabeza, me alejé de la cama lentamente y fui al baño a darme una ducha para despertarme por completo e intentar olvidar por un segundo que hoy a la tarde tenía entrenamiento con la víbora: Paige McCullers.

Encendí el grifo y dejé que el agua se calentara mientras me iba deshaciendo del pijama con sutileza, no quería meter mucho ruido y hacer que eso despertara a mi rubia; una vez corroborado que el líquido estaba a la temperatura que deseaba, me metí en la bañera para tener mi momento de relajación. Me tumbé y cerré los ojos escuchando el silencio que formaba la casa, la verdad que a esas horas, era normal que no hubiera ningún ruido. Estaba hundida en mi relax cuando noté el manillar de la puerta girarse, dando entrada a mi ángel, que tenía el ceño fruncido preguntándose por qué me daba un baño a esas horas de la mañana.

- ¿Cielo que haces aquí?- cuestioné sentándome para tener mejor visión.

- ¿No crees que debo preguntar yo eso?- levantó la ceja sorprendida.

- Bueno...sólo me estaba dando un baño, ya sabes, para tener así una cosa menos que hacer- intenté inventarme una excusa.

- Em- se sentó en el borde de la bañera- ¿a las seis de la mañana?- me miró directamente a los ojos.

- Es para que luego tengas más tiempo para ti- jugué con mis dedos- además me encargaré de preparar el desayuno a todas- añadí fingiendo una sonrisa.

- Cielo...- me echó una de esas miradas que decían que sabía perfectamente que me conocía demasiado bien como para creerse lo que estaba diciendo.

- Vale- suspiré- no podía dormir y he pensado que sería mejor despejarme un poco- cogí su mano dándole un beso.

- ¿Y por qué no me has despertado?- dijo apenada- ya sabes que puedes hacerlo siempre que quieras.

- Lo sé Al, pero también deseaba que descansaras- conecté nuestras miradas.

- Pamplinas, la siguiente vez que no puedas dormir avísame, vale?- me apuntó con su dedo y con una mirada seria.

- Vale preciosa- me acerqué más a ella robándola un beso.

- Perfecto- se levantó empezando a quitarse el camisón.

- A..Ali ¿qué haces?- tragué saliva al ver que se estaba desnudando.

- He pensado que podía unirme a ti, ¿o es que no puedo?- dijo con una sonrisa picarona.

- No hay cosa que mas desee- comenté con deseo.

Cómo adoraba a mi mujer, un gesto suyo y ya estaba olvidándome de la idiota de Paige, tenía a mi chica en frente, desnuda, tal y como vino al mundo y oh dios que cuerpo, moría por poder acariciar cada parte de él, por decorarlo con besos, por sentirlo, con poder darle placer. Me aparté un poco para dejar que entrara y una vez dentro, se puso entre mis piernas, apoyando su espalda contra mi pecho.

- Se está mucho mejor así- rodeé su cintura con los brazos- contigo siempre todo es mejor.

- Lo mismo digo de ti- arrimó la cabeza a mi cuello- sé que es por Paige la razón por la que no has podido pegar ojo- cogió mi mano entrelazando los dedos.

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora