Tus ojos son impresionantes

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Emily's pov

Me levanté a la mañana siguiente con menos energías, pero llena de felicidad, Ali y yo estuvimos dale que te pego hasta que nuestros cuerpos dijeron basta: en la piscina, en la sala, en la ducha, en la cama... un gran número de lugares donde dejamos huella de nuestro amor, claro que hoy nos tocaba limpiar las zonas porque aunque no pareciera, olía a sexo. Abrí los ojos y los froté varias veces para acostumbrarlos a la luz de sol que entraba por la ventana e iba directo a mis pupilas, haciendo difícil mantenerlas intactas. Giré el cuerpo y me encontré al ser más espléndido y perfecto de la tierra; dormía apaciblemente con su cuerpo medio descubierto, la otra parte estaba tapada por la sábana que se amoldaba perfectamente a él, podía apreciar completamente sus curvas. Poseía una complexión esbelta con una piel tan sedosa como la de la sábana, de ahí que la cubierta se resbalara tan fácilmente de ella, pechos voluptuosos, labios carnosos, maravillosos pómulos, nariz estilizada, toda ella era un ángel, aunque debía remarcar que sus ojos me enloquecían. Ese color azul que tanto llamaba la atención y que te pedía a gritos que te hundieras en ellos, podía leerlos perfectamente y estaba encantada de que me dejara ver el interior de ellos.

Estuve un rato observándola de arriba abajo, notando el aumento del latido de mi corazón, hasta que me di cuenta de las pequeñas marcas en su cuello: chupetones. Me acerqué sigilosamente para no despertarla y ver desde más cerca las marcas que le había dejado; no había una, sino que entre todos sumaban un total de cuatro. Me sorprendió ver que tenía tantos, la verdad es que no recordaba haberla echo un gran número, aunque me hizo gracia porque tendría que esconderlos para que las niñas no los notaran.

- ¿Se puede saber por qué noto tu cálido aliento cerca de mi cuello?- habló con una sonrisa- no es que me importe, pero ¿ya has recobrado energías como para querer volver a hacerlo?- abrió lentamente los ojos dejándome atónita ante su hermosura.

Ahí estaban de nuevo, esas pupilas tan ideales en las que me hundía y me quitaban parte de mi aliento, todavía me preguntaba cómo seguían creando esa sensación en mí, ese efecto en el que hacían que deseara quedarme completamente paralizada observándolos y naufragar ante ellos.

- Nada, sólo estaba oliendo tu perfume- escondí la verdad para dejar que ella descubriera las partes coloridas.

- Emily!- empezó a reírse a carcajadas haciendo que no tuviera otra opción que unirme a ella.

- ¿Qué pasa?- dije entre risas- ya sabes cómo me gusta tu esencia- metí el brazo debajo de la sábana para abrazar su cuerpo.

- Que idiota eres- juntó nuestros labios en un dulce beso- pero te quiero igual, o incluso más por eso- terminó con un guiño.

Si supiera en realidad lo que estaba haciendo, me hubiera matado ahí misma, pero como deseaba dejar que lo averiguara por ella misma, debía mantener la verdad escondida, y junto a ello la mejor sonrisa que pudiera taparla.

- Yo también te quiero- volví a unir las bocas en un deleitoso beso- aunque ahora que dices eso de tener fuerzas y querer hacerlo...- arrastré el dedo por su cuerpo dejando la piel de gallina- no me importaría.

- Bueno, eso se podría arreglar- pegó nuestros cuerpos atacando mis labios con lujuria.

Correspondí al gesto dejando entrar su lengua y teniendo una batalla entre ellas, esta vez fue ella la ganadora, por lo que sentí cómo indagaba en mi interior sin dejar ningún hueco sin pasar, yo soltaba pequeños gemidos en respuesta, lo que hacía que ella sonriera en el beso. Tras un rato de estar intercalando salivas, bajó a la zona de mis pechos y comenzó a chupar cada uno hasta que los pezones quedaran erectos, yo acariciaba su cabeza mientas disfrutaba del momento que me estaba dando; pero no terminó allí, una vez satisfecha con el resultado de mis senos, bajó más hasta llegar a mis partes; sabía lo que venía ahora. No sé si lo notó, pero estaba más mojada que una piscina, ni siquiera me había introducido los dedos y ya podía sentir la humedad abajo; otros de los numerosos efectos que tenía en mí.

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora