Primera competición de Tay

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Emily's pov

Hoy era miércoles, día en el que nuestra hija mayor hacía su primera prueba de natación, y como su profesora de gimnasia sabía que yo había sido nadadora durante muchos años, me preguntó si podría ayudarla y ponerme en el borde de las piscinas con el termómetro para medir y apuntar la duración de cada uno, cosa que acepté. No se necesitaban profesionales como en el instituto y en la universidad, ya que eran carreras de niños de cinco a siete años, y las competiciones que se hacían no eran para ver quién vencía, en estas pruebas todos eran ganadores, pero era un ensayo para que los críos trabajaran el trabajo en equipo. 

Me despegué un poco de mi rubia para poder estirarme y me senté observando cómo todavía no había amanecido, aunque no quedaba mucho tiempo, por lo que mirando a mi ángel, sonreí y pensé en hacer lo que desde hacía mucho tiempo no habíamos hecho. Ya con los pies apoyados en el suelo, anduve hasta el armario y cogí una manta que teníamos de repuesto en días en los que hacía más frío, y volví hacia mi mujer agachándome y teniendo visión de su hermoso rostro. Si por mi fuera, me quedaría arrodillada hasta que se despertara, cosa que cuando lo hiciera, diría su famosa frase de "observar es de mala educación", y yo la contestaría con un cumplido logrando así que se sonrojara, pero esta vez no tenía demasiado tiempo, así que colocando la mano en su mejilla y acariciándola dulcemente, me dispuse a desvelarla. 

- Despierta cielo- hablé en un susurro aún con la mano en su moflete.

- Mmm Em, es muy pronto, un poquito más- los músculos de la cara comenzaron a contraerse pudiendo tener así imagen de una arrugada nariz y ojos apretados.

- Lo sé, pero me gustaría enseñarte algo- intenté mantener la risa de lo adorable que se la veía.

- ¿A estas horas?- abrió un ojo para fijarse en el reloj.

- Bueno, es algo que no quiero ver sola- respondí acariciando su pelo.

Abrió el otro ojo teniendo así las dos órbitas azules mirándome directamente, y como si una bombilla se le hubiera encendido sobre la cabeza, apartó las sábanas de un movimiento rápido y se levanto cogiendo mi mano y poniéndome a su altura. 

- Vamos- me arrastró hacia el jardín mientras me reía. 

- Veo que sabes lo que vamos a hacer- puse la manta sobre mi y abrí los brazos para que se juntara a mí.

- Hacía mucho que no veíamos un amanecer- rodeó mi cintura con sus brazos abrazando mi cuerpo- ¿sabes? no me importarían despertares como estos de vez en cuando- dijo dándome un beso en el cuello pudiendo sentir su cálido aire salir por su boca y rozar contra mi piel.

- Apuntado- cerré los ojos saboreando el instante.

- Em mira- alargó el brazo para apuntar al cielo que ya se estaba tornando de un mix de azul, rojo y naranja.

Abrí los ojos llevando la mirada hacia arriba y pudiendo contemplar el transcurso de cambio de colores que estaba sucediendo en el cielo. En el momento en que se dio la vuelta pegando su espalda contra mi pecho, aproveché y rodeé su cintura pegándola más a mi, de tal manera que nuestros cuerpos quedaran unidos. Si bien el amanecer era un de las imágenes más espléndidas de observar, para mi no había apariencia más extraordinaria que la de la rubia que tenía entre mis brazos. 

- Bonito verdad?- planté un tierno beso en su cabeza llevándome esencia del olor a frambuesa que le había dejado el champú.

- Y relajante al mismo tiempo- apoyó las manos encima de las mías- gracias por este despertar. 

- De nada- miré a los mechones de su pelo que ahora estaban siendo iluminados por los primeros rayos de sol que estaban saliendo. 

- ¿Sabes qué es mejor aún?- se dio la vuelta envolviendo mi cuello con sus manos mientras la miraba a la espera de la respuesta- darse un beso de película con este escenario.

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora