Es complicado, ¿verdad?

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Emily's pov

Habían pasado unas semanas desde que Kenneth nos dejara a todos, desde que aquellas malas noticias nos rompieran los corazones. Perder a alguien que querías no era algo que nadie deseara, y menos cuando esa persona había sido el amor de tu vida, ya que lo que muy felizmente prometías cuando te casabas de envejecer al lado de tu pareja, no se cumplía en todas las ocasiones. Ejemplo de eso fue la muerte de mi padre, que en cierto modo mi madre y yo siempre teníamos esa sensación de miedo, aunque intentábamos apartarla, claro que a veces cuando te tocaba era así, y te veías en frente del féretro siendo muy joven y despidiéndote de una de las personas que más habías admirado. 

Entendía perfectamente a mi rubia y a su hermana, pero sobre todo a Jessica, porque había perdido parte de su alma con la ida de su marido. Con los días las dos rubias fueron aceptándolo y viviendo poco a poco, pero a su madre le costó más, y todos estábamos poniendo nuestro granito de arena para ayudarla y que se fuera encontrando mejor con el tiempo, sobre todo con ella misma. Una de las grandes labores las hacía mi madre, que ella entendía muy bien ese sentimiento de pérdida, y siempre se percataba de que al menos la que ahora vivía con ella tomara algo de comida y bebida, cosa que finalmente lograba. 

Yo me fijaba en mi rubia, de cómo lo iba asimilando poco a poco, de cómo sacaba fuerzas y seguía para adelante, de cómo a veces recaía y volvía a cambiar. Estaba a su lado en todas las ocasiones que me necesitaba, siempre la hundía en mis brazos todas las veces que deseaba llorar o contarme relatos de su padre y ella, algo que al parecer la había estado ayudando últimamente, pero también le daba todo el tiempo que precisara, porque en su día yo lo tuve cuando mi madre me lo otorgó, y ahora era yo la que lo estaba cediendo. 

Cece lo llevaba más o menos como su hermana, y como en su trabajo no paraba de pensar en nuevos estilos y de crear cosas, eso la ayudaba a tener la cabeza despejada durante unas horas. Jason estaba en casa cuando ella llegaba, siempre dispuesto para ayudarla o atenderla con lo que ella necesitara, y cuando tenía caídas en el trabajo, Han era la encargada de darle ese empujón y de mantenerla tranquila. Muchas veces quedábamos todas juntas y con los niños para que las dos hermanas pudieran disfrutar del tiempo, incluso su madre también, que en cuanto veía a los niños se le podía apreciar esa sonrisa que durante días apenas habíamos visto. 

Spencer preparó una demanda para la familia del causante del accidente; no quería que las cosas se quedaran así, deseaba que al menos Jessica obtuviera algo de lo que le había quitado aquel hombre. Programó una reunión con la familia y su abogado; a dicha reunión sólo fue Jessica por órdenes suyas, y la morena se quedó anonadada en cuanto escuchó a la madre de los Dilaurentis decir que no deseaba dinero de ellos, porque no era culpa suya de que su hijo decidiera coger el coche borracho, sino que había sido decisión de él mismo, y ellos bastante habían perdido también. Spence se dio cuenta que en el fondo Jessica tenía razón, y le agradeció que estando en la situación de tristeza como lo estaba, hablara con los dos dedos de frente y que jamás olvidaría lo que aprendió de ella en esa reunión. 

Hoy era sábado y como de costumbre me había levantado temprano, aunque en cuanto giré la cabeza para ver a mi rubia, me fijé que su hueco de la cama estaba vacía. Era raro que en días en los que podía dormir más, mi mujer se levantara tan pronto, por lo que me levanté y abandoné el cuarto yendo abajo y encontrándome con ella en la cocina cocinando. Me quedé en la puerta durante unos segundos para observarla; estaba cantando mientras preparaba el almuerzo, y no pude eludir en mostrar una sonrisa de ver a la que llamaba dueña de mi corazón así de feliz. 

- Dios! que susto me has dado- comentó al verme cuando se dio la vuelta- ¿desde cuándo llevas ahí?- levantó la ceja sugerente. 

- No hace mucho- eché una risa- aunque la pregunta aquí es desde cuándo llevas tu despierta.

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora