Mi amor verdadero (Emison)

Siempre me fascinas

Emily's pov

Estábamos a mediados de noviembre, y como nuevo proyecto, el insitituto había preparado una semana de campamento. Se suponía que en esos días, los alumnos debían ponerse en contacto con la naturaleza, el objetivo era que aprendieran más de la madre naturaleza y que apreciaran todo aquello que tenían, pudiendo a si darse cuenta que con mínimas cosas les bastaba para ser felices. La idea me fascinaba, ya que no sólo disfrutabas de los campos y bosques verdes, sino que en cierto modo te desconectabas de la tecnología además de relajarse gozando de los sonidos de los animales. Iban a ir tres clases, y por cada una, debían ir dos profesores, Ali y yo eramos dos de ellas junto con los cuatro más que nos acompañarían; estaba muy entusiasmada, aunque por otro lado me daba pena el hecho de que no veríamos a nuestras pequeñas en una semana, y sobre todo por Lauren, ya que a diferencia de su hermana mayor, tenía cierto apego hacia nosotras que hacía que costara despedirse de ella por las lágrimas que comenzaban a caerle. 

Me afligía ver a nuestra princesa así, cuando echaba a llorar la abrazábamos y la llenábamos de besos, pero no debíamos estar mucho tiempo con ella, porque sino se acostumbraría que con cada gota que derramara al irnos, volveríamos a por ella y nos quedaríamos a su lado, que era lo que realmente deseaba. Por eso las despedidas con la pequeña morena solían ser más tristes; Taylor la intentaba animar de vez en cuando, diciéndola que en nada volveríamos a estar todas juntas, de vez en cuando funcionaba, sin embargo, otras veces no hacía caso y se quedaba llorando hasta que se olvidara de que nos habíamos ido. Era domingo y teníamos que estar en la puerta del colegio sobre las once para coger el autobús que el mismo decano había alquilado para llevarnos a nuestro destino; los dos días anteriores mi rubia y yo estuvimos haciendo las maletas para los próximos días de aventura, por lo que como teníamos el equipaje hecho, tendríamos más tiempo de dormir.

Puse el despertador a las diez para levantarnos con tiempo y tener suficiente intervalo de preparación y desayuno, giré la cabeza para ver que tenía un cuerpo pegado y pelo rubio desparramado por mi pecho. Ahí estaba, durmiendo tan apaciblemente como siempre, unida a mi, sintiendo el latido de su corazón y el aire cálido que salía por su boca; Ali era mi perdición, era todo aquello que deseaba: su esbelta figura, pelo sedoso, piel suave, ojos despampanantes, sonrisa perfecta... no había nada que tuviera que no deseara, adoraba cada milímetro de ella. Besé su cabeza con amor y me deshice de su agarre con delicadeza levantándome y saliendo de la habitación para encontrarme con dos ojos azul-verdosos mirándome.

- ¿Qué pasa preciosa, te has desvelado?- me agaché para apreciar mejor su hermosura.

- No quería domir mas- decía mientras se frotaba los ojos.

- ¿Quieres que preparemos el desayuno juntas?- toqué su nariz a lo que ella echó una risita.

- Sii- respondió feliz abriendo los brazos para que la cogiera.

La alcé y bajamos juntas a la cocina donde la dejé sentada en su asiento mientras sacaba los ingredientes para el almuerzo. A medida que iba colocando las cosas en la mesa, echaba una mirada a la hermosura que tenía en frente, huntaba la tostada con la diminuta mano que tenía; lo hacía como podía, pero era enternecedor ver que una criatura tan pequeña pudiera causar tanta ternura. Lauren era muy parecida a Ali, hacía muchos gestos de ella, aunque uno de los que más me llamaba la atención era cuando terminaba algo y te miraba con esos ojos tan impresionantes, no pudiendo eludir en sacar una gran sonrisa.

- Mia mamá- mostró su obra de arte con una gran sonrisa.

- Es perfecta cielo- sonreí- me parece que ya sé cual se va a comer mamá, no hay ninguna que supere a la tuya.

- ¿Que supere qué?- preguntó una dulde voz desde la puerta con una pequeña rubia de la mano.

- Que supere esta super tostada- alcé la rebanada de pan para que las dos rubias pudieran verla- la ha hecho Lauren, ¿verdad preciosa?- miré a nuestra princesa mientras la otra asentía con una sonrisa.