Emily es una joven californiana que se muda a Rosewood tras la muerte de su padre. El pueblo fue lugar donde creció su madre, y será ahí donde encuentre a su amor verdadero.
Ser la nueva alumna de un instituto no es algo que agrade mucho, sobre tod...
Hoy era el comienzo de nuestras vacaciones conjuntas, día en que todo el grupo nos iríamos de descanso al lugar que decidimos entre todos. Después de haber pasado por varios momentos tensos por aquel tema del colegio y los policías, ya nos tocaba poder sentarnos o incluso tumbarnos sin tener que estar al tanto de averiguar por dónde nos llegaban los problemas. No, ahora era ese momento de relajación, de instantes divertidos con los amigos y la familia, y nadie ni nada me iba a quitar eso.
Cuando escogimos el destino, tuvimos en mente que tal vez lo mejor sería ir a un hotel, ya que ese solía ser el hospedaje número uno de muchas personas. Pero lo descartamos cuando después de varias búsquedas por diferentes hoteles, no encontramos ninguno que admitieran animales, y no íbamos a dejar a Kira en casa o a cargo de nadie, deseábamos traer al animal con nosotros y que disfrutara ella también. Nuestra segunda opción fue de reserva, y la gran idea nos llegó a oídos gracias a Aria. Nos comentó de una zona entera perteneciente a una sucursal que alquilaba casas en verano, y que incluso era animal friendly, lo que significaba que Kira era bienvenida. Nos pareció una excelente idea, ya que cada familia estaríamos en un apartamento, suficientemente espaciosos como para entrar y además cerca de la playa, algo que subió mucho más las ganas de cogerlos.
El destino escogido fue Malibú, se hizo votación y al final el vencedor salió ese. Em estaba rebosante de felicidad, porque cualquier lugar que tuviera agua era como una droga para ella, espíritu que contagió a nuestra hija la mayor, que felizmente se unía a mi morena en el agua. Algo muy bueno que tenía la zona donde nos íbamos a hospedar, era que no eran los típicos pisos en un edificio, sino que no había pisos; los apartamentos estaban todos alineados y unos frente a otros separados por un camino largo que tenían en medio. Nos pareció un precio muy asequible teniendo en cuenta que eran casas medianas, con espacios verdes y cerca de la playa, fue una ganga y ante eso no pudimos negarnos, por lo que de todas las casas, cuatro estarían ocupadas por todos nosotros.
Por fuera se notaba que la casa había sido modernizada o ya se había construido con base actual, paredes blancas y techos planos y negros con algunos salientes donde habían luces para la noche.
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El hogar disponía de cinco habitaciones, tres baños, un amplio salón que unido a la cocina lograba tener un espacio diáfano y en la parte trasera un jardín espacioso. Por eso decía que era una ganga, porque para la grandeza de la casa, las cualidades que otorgaba y la región donde se asentaba eran muy buenas comparando la cantidad de dinero que pagamos por ella.
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