Mi familia

1.6K 72 31
                                    

Alison's pov

Había pasado un mes desde que me despertara, cuatro semanas desde que ya no estaba envuelta en la oscuridad que estuve el tiempo que permanecí en el hospital. Se sentía tan bien poder volver a la normalidad, la familia, amigos, las clases, los niños y mi mujer, todo era como antes, y no podía estar más feliz. Una semana y media más tarde de despertarme, volví al instituto a dar clases, hablé con el director y le comenté que ya estaba preparada para volver a la carga. Agradecí a la profesora suplente por el trabajo realizado durante el tiempo que estuvo, y en cuanto aparecí en el aula, me llevé aplausos y silbidos de mis alumnos, algo que me enardeció por el afecto que tenían en mí.

En casa ya era todo alegría, las niñas jugando, Nate con sus típicos juguetes, Em babeando mientras nos veía a todos, y yo sintiendo ese cálido toque y felicidad que percibía cada vez que observaba a cada uno de ellos. Aunque debía decir que hubo un cambio; nuestro príncipe por fin había dicho su primera palabra, por fin escuché esa voz que tanto había estado esperando, y no pude eludir en echar alguna que otra lágrima al verlo. El primer vocablo de Nate fue "tata", que fue así como se dirigió a una de sus hermanas, aunque como no se sabía a cual exactamente, Tay y Lauren fueron la primera palabra del pequeño. Lauren volvió a su cuarto, y ya dormía las horas mínimas que debía, al igual que Tay; sin embargo, Em solía despertarse a media noche y tocar el lado de mi cama para percatarse de que yo estaba ahí, de que no era un sueño lo que estaba viviendo. Ahora era yo la que tenía que estar ahí para mi morena, era yo la que tenía que calmarla y decirla que estaba ahí, que todo estaba bien. Y así lo hacía a mayoría de las noches, me daba la vuelta, apoyaba su cabeza en mi pecho, y le hablaba mientras acariciaba su pelo, y en cuanto veía que volvía a dormirse, entonces cerraba los ojos y dormía de nuevo.

Se me caía el alma verla así, ver cómo a veces se desvelaba llamándome; después de todo era normal, ya que habían sufrido mucho, y mi mujer fue la roca para nuestros hijos, fue la fuerte en ese instante, pero ahora que estaba de vuelta, era mi turno ser su guardiana, me tocaba sentir como se aferraba a mi cuerpo y no se soltaba hasta que se despertara al día siguiente. La amaba más que a nada en este mundo, y lo hacía aún más después de ver su lado sensible y débil, no estaba equivocada cuando decía que era perfecta, y eso me lo demostraba cada día.

Hoy era sábado y decidimos pasar un día familiar, porque desde que abrí los ojos, no paré de estar con gente, de recuperar el tiempo perdido con los demás, por eso, cuando terminé de pasar mi tiempo con los demás, decidí que ya era hora de volver a nuestras costumbres con las personas que más quería en este mundo: Tay, Lauren, Nate y Em. A veces me sentía mal por tener que dejarlos durante un tiempo, pero mi mujer me calmaba y comprendía que era algo normal, que todos estuvieron esperando a que volviera y que ellos también se merecían ese tiempo conmigo.

Estiré el cuerpo notando que ya no tenía peso en él, lo que indicaba que Em se había despertado, y todavía seguía despertándose antes que yo incluso sin apenas dormir nada.

-Buenos días preciosa- dijo entrando en la habitación con una taza de café en mano- los niños siguen durmiendo.

- Cielo, ¿cuántas veces te digo que no hace falta que me traigas café?

- Ya, pero es que te he desvelado esta noche y no quería que...

- Em- la interrumpí levantándome y yendo donde ella- no hace falta café, yo estoy bien, y no tengo sueño- cogí la taza dejándola en la mesilla.

- Ali, yo..de verdad que lo sien...

- Aaaa- levanté la mano para callarla- Emily Fields, deja de disculparte, quieres?- coloqué una mano en su mejilla- no has hecho nada malo.

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora