Emily es una joven californiana que se muda a Rosewood tras la muerte de su padre. El pueblo fue lugar donde creció su madre, y será ahí donde encuentre a su amor verdadero.
Ser la nueva alumna de un instituto no es algo que agrade mucho, sobre tod...
Era último día de nuestro viaje y precisamente por eso íbamos a disfrutar de él al máximo; algo que todavía no habíamos hecho era ir en el barco privado que el hotel proporcionaba, por lo que decidimos que lo dejaríamos para el último día a la mañana. Los días que habíamos pasado habían sido increíbles, cada segundo que transitabas aquí era imposible no caer en la tentación de sacar foto a cualquier cosa que vieras, teníamos la cámara llena de fotos, pero aún quedaba hueco para algunas más, que eran las que reservamos para nuestra aventura de mar.
El sonido del despertador me despertó a las 8:30 de la mañana, lo puse temprano para no tener que andar justas y así tener tiempo para que Ali descansara más, me levanté y empecé a prepararme, sólo teníamos que vestirnos ya que el día anterior organizamos las mochilas y todo lo necesarios para la excursión. No tardé mucho en oír los buenos días de mi princesa con esa voz tan sexy mañanera que tenía, se acercó y rodeando mi cintura con sus manos me dio pequeños besos por la espalda, daba igual el tipo de beso que te diera Ali, con cualquiera de ellos hacía que tu cuerpo sobresaltara.
- Buenos días preciosa- la saludé mirándola a través del espejo- ¿preparada para una mañana de marineros?
- Si, estoy deseando navegar por las hermosas y transparentes aguas nórdicas- respondió colocando la barbilla en mi hombro.
- Entonces vístase señorita Fields, que el barco nos espera.
- A sus órdenes mi capitán- me hizo el saludo que hacían los marineros al capitán y tras eso se fue a vestirse.
Una vez listas bajamos a recepción a que nos dieran la llave del embarcadero, y tras cogerla salimos del hotel camino al muelle más cercano, donde nuestro bote aguardaba. Llegamos al lugar y pudimos apreciar la maravilla de velero que flotaba y se movía cada vez que chocaba una pequeña ola contra el, dejé que mi rubia pasara primero y antes de que yo me adentrara solté la cuerda que sostenía al bote dejando que el viento poco a poco nos alejara de la orilla. El navío no era muy grande pero suficiente para dos personas y había que destacar que era bastante lujoso, se notaba que todo era nuevo, Ali cogió mi mano y me llevó por cada rincón de él para que viéramos la maravilla en la que estábamos embarcando, tras andar por todas las salas llegamos a la última que era el dormitorio. Abrimos la puerta y nos encontramos con una suntuosa habitación que tenía una cama, una encimera y un diminuto baño pro suficiente para dos personas.
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- Está claro que saben a lo que vienen las parejas- comenté admirando el diminuto pero asequible lugar.
- ¿Cuánto tiempo tenemos?- preguntó la rubia tocando la encimera.
- Una hora- respondí siguiéndola.
- Eso da para mucho- me miró con deseo.
- Si- contesté con una sonrisa ante su fogosidad- pero antes vamos a disfrutar de las vistas- la cogí de la mano y la llevé afuera.
