Cita especial

1.4K 59 22
                                    

Emily's pov

Después de pasar nuestro día romántico y no de muy buenas noticias, pasaron los días hasta que llegó el que tanto estaba esperando. Antes de que terminaran las clases y llegaran las vacaciones de verano, había programado una tierna noche para mi mujer y yo. Si bien teníamos bastantes encuentros fogosos en casa o en otras partes, hacía mucho que no salíamos las dos solas como pareja en una cita, por eso hoy era el gran día en el que tendría la cita con mi rubia, como si se tratase de la primera que tuvimos. Sabía que todo estaba en orden y cómo debía estar porque me pasé el día anterior para cerciorarme de que por ejemplo el menú de la cena y la disposición donde lo disfrutaríamos, no se había alterado.

Teníamos un sábado completo, ya que pasaríamos parte del día con nuestros hijos, a media tarde llevaríamos a Tay y Lauren donde mis suegros porque sus primos se iban a quedar a dormir, y Nate iría a casa de mi madre. Como era pequeño y todavía no podía seguir el ritmo de los demás, el pobre se quedaba muchas veces atrás, por eso decidimos que él se quedaría en la casa de su otra abuela, aunque no era esa la única razón. Por mucho de que muchas veces dijera que estaba bien sola en casa, sabíamos muy bien de que no era cierto al cien por cien, conocía a la mujer que me dio la vida, y entendía que tenía sus días bajos, así que, que sus nietos la visitaran o incluso se quedaran a dormir, era pura felicidad para ella. Además era una buena ocasión para que nuestro príncipe y ella siguieran reforzando el lazo que poseían.

Después de dejar a los niños, Ali se iría a casa de Cece a preparse, y yo al hogar de nuestra rubia la quejica, ya que tenía allí el traje y regalo que le compré a mi mujer. Realmente ella no sabía nada de lo que tenía organizado, sólo que íbamos a tener una cita, y no quería que me regalara nada, sería yo esta vez la que la obsequiara tal y como se lo merecía. Estaba feliz todos los días, pero sabía que hoy lo estaría aún más, ya estaba deseando ver la cara de mi rubia, del vestido que llevaría haciendo que se apreciaran a la perfección sus curvas, de su peinado, maquillaje, pero ante todo su sonrisa y el brillo de sus ojos.

Como de acto reflejo y costumbre que tenía, me giré abrazando el cuerpo que dormía junto a mí, envolviendo su cintura con mi brazo y juntándola más para poder sentir el calor por el choque de nuestras pieles. Con la barbilla apoyada en su hombro, pude apreciar el olor a vainilla de su pelo, uno de mis aromas preferidos y del que jamás me cansaría de percibir. Planté los labios en su cuello, y comencé a decorarlo con tiernos besos a medida que me dirigía hasta su oreja, donde cogí su lóbulo entre mis dientes y una vez suelto susurré en su oído las tres palabras que le decía cada mañana.

- Buenos días preciosa- murmuré en un tono suave.

- Muy buenos días- habló con esa voz mañanera tan sexy que tenía.

- ¿Qué tal has dormido?- aparté el pelo para poder tener mejor visión de su rostro.

- Veamos, he dormido en una cama cómoda, calentita, y con la mujer más maravillosa del mundo; es decir, mi mujer- se dio la vuelta conectando las miradas- decir perfecto se quedaría muy lejos- terminó dejándome con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿Es ahora cuando te doy el beso o me quedo embobada ante tu excelencia?- cogí su mano plantando un beso en ella.

- Em- me dio un pequeño golpe con su puño- la verdad es que me gustaría tener mi beso de buenos días- sonrió.

- Entonces tendrás lo que deseas- uní las bocas en un deseoso beso.

Una tierna muestra de cariño que mostrábamos cada mañana, no era un beso forzoso ni hambriento, sino uno suave y agradable, suficiente para destapar nuestro amor.

- ¿Puedo saber dónde vamos a cenar esta noche?- acarició mi brazo con delicadeza.

- No- negué la cabeza- no lo averiguarás hasta su debido momento.

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora