Este sentimiento es increíble

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Emily's pov

Los últimos tres días que quedaban para que terminara nuestra semana en Florida habían pasado volando, un día tenía 24 horas, 1440 minutos y 86400 segundos; eso multiplicado por tres daría mucho más y aunque pareciera que era demasiado, a la hora de la verdad se pasaba como un rayo de luz, tan rápido como una estrella fugaz, en la que escasamente tenías un segundo para pedir un deseo. Ya que apenas habíamos ido a la playa, decidimos que el tiempo que teníamos lo aprovecharíamos para disfrutar de las grandes costas y sus aguas cristalinas. Compramos un hinchable con forma de cocodrilo a Taylor para que se montara y anduviera por la orilla con él, también cogimos una piscina pequeña para que Lauren pudiera gozar como si estuviera en el agua, todavía era pequeña para entrar en las aguas cristalinas de la playa y como aún no andaba, creímos que llevar una piscina pequeña la ayudaría a estar conectada al mar, además de disfrutar también.

La mayor parte del tiempo lo pasé con nuestra pequeña rubia en el agua, sujetándola bien en su juguete mientras cogíamos las olas que nos venían, tenía cuidado con las grandes, porque venían con bastante fuerza y por mucho que la tuviera amarrada, siempre había la posibilidad de que algo pasara mal y nos llevara la corriente hacia dentro. Ali y Lauren estaban en la arena, de vez en cuando mi rubia se acercaba a la orilla con la criatura en brazos para saludarnos y ver que tal nos iba, y se beneficiaba de nuestro momento para sacarnos alguna que otra foto. La playa estaba repleta de personas: familias, amigos, personas mayores, bebés, niños pequeños, adolescentes... todos ellos haciendo una acción, ya fuera jugar a palas, tomar el sol o incluso estar en el agua. Taylor hizo amigos y estuvo con ellos haciendo castillos en la arena con el cubo y rastrillo, era gracioso ver cómo se ponían de brazos cruzados cada vez que una ola rompía y hacía que el agua que llegaba a la orilla destruyera la obra de arte de éstos. Ali y yo estábamos encantadas de que nuestra rubia estuviera pasando un gran momento y que hiciera nuevos amigos, era muy extrovertida, tenía bastante facilidad de conocer a nueva gente, que cayera bien o mal era cosa de los otros, pero las dos sabíamos muy bien de que sus grandes amigas aguardaban en Rosewood.

Hoy volvíamos a casa, teníamos el vuelo a las doce del mediodía, lo que indicaba que llegaríamos a Rosewood a la hora de comer. Hablamos con Cece y quedamos en ir a su casa para tener una comida todos juntos, nos iban a venir a buscar al aeropuerto, cosa que le agradecí, ya que traíamos bastantes elementos y no podríamos con todo. Un sonido retumbante me despertó del sueño que estaba teniendo, sabía que ese ruido sólo podría pertenecer a una cosa; el encantador despertador que viajaba con nosotras a todas partes, deleitándonos con su famoso zumbido cada vez que lo conectábamos. Estiré la mano para desconectarlo y me giré para ver que mi cuerpo era lo único que ocupaba la cama, el otro lado estaba vacío, me preguntaba donde estaría mi mujer, si en el baño o en la habitación con las niñas. Me levanté y fui hacia el cuarto de nuestras hijas abriendo la puerta con suavidad y viendo que mi rubia no estaba ahí, cerré de nuevo la puerta y me dirigí al baño.

- Cielo, ¿estás ahí?- pregunté en un susurro para no despertar a las pequeñas.

- Ahora salgo- respondió en voz baja.

Me quedé a la entrada de la puerta esperando a que el ser más hermoso de la tierra saliera por ella, y no era broma cuando decía que mi chica era radiante, porque segundos después de cuestionar, la puerta se abrió desvelando a una rubia envuelta en una toalla, las gotas le caían por el hombro, cosa que hacía que estuviera aún más sexy, y ya esa sonrisa con la que me saludó, me hundió por completo dejándome boquiabierta.

- Cierra la boca, no querrás que entren moscas verdad?- dijo guiñándome un ojo.

- Imposible cuando tengo a mi perfecta mujer delante, y más en estas maneras- respondí apuntando a su cuerpo con mi dedo- podrías haberme avisado que te ibas a duchar, no me hubiera importado compartirla contigo- añadí coqueta.

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora