La reserva

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Emily's pov

En algún momento de nuestra vida, todos habríamos pensado en vengarnos de alguien, daba igual la acción que fuera, que ese deseo de hacerlo nos invadiría durante el periodo de tiempo que durara. Porque en muchos hechos, siempre había alguien que terminaba tan cabreado por lo ocurrido que su único deseo era que esa persona que tanto odiaba tuviera su escarmiento. La venganza era un comportamiento dirigido a perjudicar a uno o varias personas, con el fin de causar daño sobre ellos por haber sido percibido como culpable. Las ganas de vengarse era un resultado natural de haber pasado por una humillación o de haber sido perjudicado de un modo significativo, pero ese deseo de represalia no era una sensación sana. 

Desde pequeños nos habían enseñado que los actos negativos tenían consecuencias negativas, y que los positivos producían cambios beneficiosos; y era probable que la idea funcionara sobre todo en la niñez, pero la cosa cambiaba en la edad adulta. Por eso era necesario diferenciar la justicia sobre la venganza, ya que la primera anteponía que todos los ciudadanos tenían sus derechos y que debían existir mecanismos de compensación para ello. Sin embargo, la venganza nos hacía adentrarnos en una dinámica de conflictos que hacía aún más grande el dilema que teníamos anteriormente, porque sí era cierto que en cuanto tramitabas tu vendetta, sentías un cierto alivio compensatorio por el sufrimiento causado, aunque al final dejarse llevar por esa fuerza no hacía más que llevar a resultados dañinos.  

Y ahí se veía perfectamente la gran diferencia; ya que Paige y todos los de su alrededor buscaron venganza en nosotras, y lo hicieron, porque al final acabamos dañados en varias ocasiones. No obstante, nosotros sólo deseábamos justicia contra ellos, que pagaran por sus actos, porque hacer lo mismo que ellos sería rebajarse a su nivel, y eso era algo que jamás haríamos. 

Yo más que venganza buscaba justicia, aunque eso en los casos necesarios; pero a las chicas y demás les hice hacer un gesto bastante peculiar, es decir, les di un poco de su merecido. Si bien ya las había perdonado, tuve que ponerles en situaciones que hicieran verles el daño que hicieron al ocultar lo ocurrido. Ali fue la que más sufrió su castigo, hice que durante una semana durmiéramos en distintas habitaciones, ella aceptó diciendo que aguantaría, pero al segundo día ya deseaba volver al cuarto. Le costó, aunque al final mi hermosa rubia lo logró, eso si, el último día estuvo refunfuñona conmigo, claro que mereció la pena, porque tenía una sorpresa especial para ella. En cuanto a los demás, los ignoré durante esa semana que tampoco dormí con mi mujer, además Ali tampoco les podía decir noticias de mí, ya que la cosa era no tener contacto. Spencer y Aria lo comprendieron enseguida, aunque le costó más hacerlo a la rubia quejica, que no paraba de enviarme mensajes, de tal manera que petaba mi móvil con llamadas y mensajes. 

En cuanto pasó la semana, las reuní a todas y les expliqué la razón de por qué lo había hecho, y después de llevarme un golpe en la cabeza por parte de Han, nos dimos el mayor abrazo que jamás habíamos tenido. Nunca en mi vida me vengaría de ellas, jamás haría cualquier cosa que pudiera dañarlas, lo único que hice fue darles de su propia medicina, cosa que comprendieron y aceptaron perfectamente. 

Pero hoy era un día nuevo, hoy sí que había dormido con mi rubia al lado, hoy por fin había podido disfrutar del tacto de su cuerpo contra el mío. Y era por eso que mientras los demás estaban durmiendo, me levanté temprano para prepararles el almuerzo, aunque a mi rubia se lo llevaría hasta el cuarto, que desayunara ahí como una reina que era porque al fin y al cabo era algo que me prometí a mi misma. Y con la bandeja en mano, puse rumbo hacia arriba, con el fin de que al rico aroma del café la despertara, o sino, yo sería la causante de ello. Sigilosamente y sin apenas meter ruido, me metí en el cuarto acercándome hasta la cama y admirando cómo el hermoso ángel que tenía como esposa seguía dormida. 

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora