La espera

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Alison's pov

En veinte segundos de llamada todo quedó congelado; estaba disfrutando de la compañía de mi sirena, íbamos a tener una noche pasional cuando mi teléfono sonó. Al otro lado de la línea no había nadie desconocido; era la misma voz de mi hermana la que me comunicó de tal doliente noticia, una voz rota, apagada, temblorosa, aunque con fuerza; no por ella, sino por mí, sabía que ahora debía permanecer firme por nosotras. En cuanto mis oídos notaron un sonido proveniente de los labios de mi morena, giré la cabeza, aún con el móvil en mano, desconocía si la llamada seguía en línea o ya había colgado, y fue cuando vi sus preocupados ojos marrones cuando sin fuerza me salió que mis padres habían tenido un accidente. 

Nada más oír eso, se puso a la acción, era como si se le hubiera encendido un interruptor para estas ocasiones, y mientras llamaba a su madre para relatarle lo sucedido yo estaba en la cama, sentada y con la mirada perdida, aún sin saber qué hacer o cómo actuar. Ahora comprendía esos instantes de las películas, esos momentos en los que cuando algo triste o malo pasaba, todo se retardaba, y ahora yo era esa chica a la que le afectaba y veía todo lo de alrededor pasar rápido por mucho que para mí fuera uno de los momentos más lentos que había experimentado. 

- Cielo- sentí que mis manos fueron abrazadas por otras más cálidas- mi madre está de camino, se va a quedar con los niños para que tu y yo podamos ir al hospital- habló con sutileza.

Mi mirada estaba fijada en la pared, en ningún punto concretamente, simplemente llevé la mirada hacia uno de los cuatro muros que completaban nuestra habitación y la dejé ahí. Pero por mucho que mi cuerpo estuviera inundado de pura tristeza, siempre tenía una fuerza de más que me llevaba a ella, jamás negaría su atención, su voz fue la que en aquel momento me dio las fuerzas para volver hacia ella, siempre me guiaba por ella, y otra vez más, era la causante de que mis ojos se fijaran en los suyos. Ni siquiera sabía que estaba llorando hasta que sentí su pulgar rozar mi mejilla y secar las gotas que caían por ella; en esos instantes era el templado toque que buscaba, necesitaba saber que estaba allí conmigo, y efectivamente se encargó de mostrármelo. 

Me levantó con cuidado y comenzó a ponerme ropa, debía decir cómoda y caliente, ya que no le fue complicado vestirme, tampoco era que yo me opusiera a ello. Plantó un dulce beso en mi frente, algo que aunque no le pareciera mucho a ella, lo significaba todo para mí, y se quedó mirándome durante unos segundos hasta que cogió mi mano y me llevó al piso de abajo; todo ello sin meter ruido, ya que nuestros pequeños estaban dormidos. En cuanto Pam entró por la puerta, se acercó a mí, colocó un mechón detrás de mi oreja y besó dos veces mi frente sin decir nada. Conocía que el echo de decir cualquier vocablo ahora no haría nada, pero sabía que con diminutos gestos se podía decir mucho, y fue así cómo lo hizo, tal y como realizó mi morena. 

- ¿Va a ir todo bien?- formulé con la voz rota y sin despegar la mirada de la carretera. 

- Me gustaría prometerte que si cielo, pero te puedo decir que tus padres son unos luchadores. 

Em tenía razón, no podía asegurarme de que todo fuera a salir bien, y menos cuando apenas teníamos toda la información de lo ocurrido. Sabía que prometerme eso no ayudaría, ni siquiera tuvo la oportunidad de escuchar las palabras que le dieran algo de esperanza tanto a ella como a su madre; se llevó el chasco en el momento. Sin embargo, conocía lo que implicaba eso, y en todo momento se percató de que aunque no pudiera prometerme todo el optimismo que ahora desearía, obtendría todo el apoyo y la fuerza que hiciera que siguiera para delante. 

- No sé qué esperarme- levanté por primera vez la mano para llevarla a mi ojo y frotarlo. 

- Yo tampoco mi vida-admitió- tenemos que esperar a las palabras del médico. 

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora