Lo que faltaba

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Alison's pov 

Habían pasado dos semanas desde que supiéramos más noticias del caso, desde que conociéramos que ya estábamos muy cerca de enmascarar al cerebro de todo esto, la persona organizadora de tal desdichado plan. Y es que por mucho que tuviéramos las cartas  con nosotros, aún había ciertas cosas que afirmar, ya que sabiendo del tipo de personas con las que nos enfrentábamos, aprovecharían nuestros mínimos despistes o fallos para apoderarse de ellos y atacarnos; por eso según Spence, teníamos que tener todo perfecto. Así que hasta el momento, lo único que podíamos hacer era seguir investigando en privado y no ser descubiertos, aunque eso Caleb lo tenía bien estudiado, ya que era uno de los mejores informáticos que conocía, lo que implicaba que era capaz de hacer desaparecer las cosas tan pronto como de descubrir todo lo que tuviera a vista. 

Hoy iba a ser un gran día porque era viernes, lo que implicaba que llegaba el fin de semana, y teníamos organizada una barbacoa con las chicas y sus parejas, por lo que nuestro jardín estaría lleno de nuestros pequeños y nosotros. Hacía mucho que no organizábamos un plan así, ya que por temas de ocupación, no podíamos encontrar un día en el que pudiéramos estar todos unidos, pero como con todo plan que hacíamos, al final siempre encontrábamos un día para llevarlos a cabo. Ante la excitación que tenía, no pude aguantar más en la cama, y después de observar durante un rato la hermosura de mi morena y plantar un beso en su frente mientras dormía, me levanté sigilosa abandonando la habitación y yendo a la cocina para preparar el desayuno a todos. 

Coloqué la mesa poniendo los vasos de cada una en su sitio; y me dispuse a cocinar sus alimentos favoritos, así como tortitas para nuestras hijas, huevos revueltos para mi mujer y galletas y una macedonia de fruta para Nate; yo tendría algo parecido a nuestro pequeño, lo único que la pieza de fruta la tomaría entera y en vez de cereales serían las tostadas las que llenarían mi estómago. Cuando ya tenía todo lo sólido preparado, fui a la máquina de café para hacer café, y fue en el instante en que esperaba a que el líquido se creara cuando me vino a la mente un recuerdo con Pam.

Flashback

Era domingo y había quedado con la madre de Em para ayudarla con unas cosas mientras mi morena se encargaba de los niños y pasaba la tarde con ellos. Quería que la echara una mano con unas ropas viejas del desván, y como sabía que yo tenía conocidos que trabajaban cogiendo todo tipo de cosas para enviarlas a los más necesitados, me pidió ayuda, y yo acepté felizmente. Por lo que parte de la tarde la pasamos decidiendo que dar y que guardar, hasta que tras terminar, fuimos a la cocina a tomar café, la famosa hora de café de Pam del que tan acostumbrada estaba desde que la había conocido. Daba igual lo que tuviera que hacer que si llegaba su hora, dejaba todo lo que tenía entre manos y se dirigía a beber su líquido, ya que era una costumbre que había obtenido de su madre. Fue con mi taza de café en mano y viendo cómo vertía el líquido en su vaso cuando decidí contar lo que desde hacía tiempo deseaba pero que hasta ahora no había tenido tiempo, o mejor dicho no me había atrevido. 

- ¿Puedo decirte algo?- solté en un tono no muy alto, pero suficiente para llamar su atención.

- Claro que si cielo- se dio la vuelta con una sonrisa en la cara- ya sabes que puedes decirme lo que quieras.

Pam era una de esas personas que nada más verla te transmitía pura seguridad y calma, y eso era una de las cosas que había sacado mi morena de ella. Pero en cierto modo me daba palo contar que durante mi estado de coma tuve la oportunidad de conocer a su marido, ya que no sabía si me iba a creer o pensaría que la estaba tomando el pelo. Era un tema muy delicado, sabía muy bien del amor que se tenían los padres de Em, y de que por mucho que hubieran pasado años de la muerte de su marido, Pam aún tenía esa nostalgia, y eso siempre sería así. 

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora