Ya era hora de tener algo de relax del bueno

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Emily's pov

Habían pasado unas cuantas semanas desde que hubiera estado en el hospital; mucho tiempo desde que me había despertado en la cama de esa habitación blanca donde después de haber tenido una pesadilla, logré diferenciarla de la realidad. Tras haber estado en la clínica, me costó conciliar el sueño durante los siguientes días, aunque no era por el echo de haber experimentado lo que ocurrió en el teatro, sino que después de presenciar ese mal sueño que parecía tan real, me costó deshacerme de la idea de que no volvería a pasar.

Ni siquiera tuve que explicar a mi mujer lo que ocurría, ya que entendió por completo los problemas que tenía para dormir; puesto que de normal dormía como un lirón. Para ayudarme, cada noche tenía apoyada la cabeza en su pecho, algo que últimamente había cogido como una costumbre muy exquisita. El roce de sus dedos sobre mi pelo, escuchar los latidos de su corazón, notar cómo su pecho subía y bajaba lentamente y sobre todo oír su melodiosa voz, hizo que poco a poco fueran desapareciendo esos demonios que evitaban que reposara a gusto.

La noche que volví con Ali del hospital no hicimos nada, por mucho que llevara puestos esos tirantes que eran parte de su debilidad. Acordamos que pasaríamos esas primeras horas descansando, no sólo por mí, sino también por ella, ya que incluso teniendo una cama en la que poder acostarse, dormir en la clínica no era algo muy complaciente, sobre todo por el ambiente. Pero sí que tuvimos nuestra noche de pasión, ese instante lleno de delirio donde nos hundimos en nuestro arrebato de amor creando una fusión amorosa llena de sensualidad y erotismo.

Habíamos empezado las vacaciones de semana santa, dos semanas libres para poder descansar y pasar tiempo con la familia. 14 días de poder hacer actividades con nuestros pequeños, de celebrar los días festivos que tenían como nombre jueves y viernes santo, pero sobre todo, infinidad de tiempo para poder reposar y despejar la mente.

Abrí los ojos en cuanto los rayos de sol traspasaron las ventanas y llegaron donde nosotras creando ese cálido toque que tan gustoso era. Me senté apoyando la espalda contra el cabecero y levanté las manos estirando mis músculos como lo hacía cada mañana. Aprecié la bonita imagen que estaba generando el sol ahora que se estaba levantando y comenzaba a pintar el cielo de azul, aunque había algo mucho más bello que eso, una figura que sin intentarlo conseguía captar toda tu atención.

Llevé la mirada hacia mi izquierda y observé el cuerpo tumbado de mi mujer, de cómo lo tenía en esa postura en la que ella solía dormir. Tenía una hermosa figura, con sus perfectas curvas que lo hacían aún más hipnotizadora; era un cuerpo fuerte, lleno de amor del que mis dedos nunca perdían la oportunidad de deslizarse sobre su sedosa piel. Me tumbé de costado y rodeé su cintura con mis brazos plantando delicados y tiernos besos sobre sus hombros, dirigiendo después los labios hacia su cuello y terminando de decorarlo con más besos.

- Así da gusto despertarse- habló con esa voz mañanera tan sexy que tenía.

- Ya sabes que nunca pierdo la oportunidad- sonreí acomodándome más a ella.

- Me encanta que me desveles de esta manera, es como estar en una nube- se dio la vuelta y conectó las miradas, siendo esa la primera vez del día que me derretía ante sus excelentes órbitas azules.

- Eso significa que mi objetivo se ha cumplido- sonreí plantando un dulce beso en sus labios.

- Cielo, tú siempre haces que se cumplan, da igual el día- echó una risa- ¿no es genial que ahora tengamos más tiempo de estar en la cama?- arrastró su índice por mi pecho en modo sensual.

- Tiene sus puntos buenos- la miraba con ternura mientras sentía el tierno cosquilleo que su dedo creaba contra mi piel.

- Perfecto- susurró acercando los labios estando a milímetros de tocarlos contra los míos a medida que un fuego comenzaba a crearse en mi interior- porque vamos a pasarlo muy bien- sonrió y se levantó de la cana yendo al armario.

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora