Ya viene de camino

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Emily's pov

Cuando era pequeña y mis padres me llevaban a casas ajenas de sus amigos para pasar la tarde o bien para una quedada, los niños teníamos costumbre de sentarnos en la sala junto a ellos con nuestro bocata en mano y los ojos pegados a la televisión. ¿A quién le importaba de lo que hablaban los padres? es más, era mucho mejor ver nuestros dibujos favoritos o incluso comerse una película aburrida antes que estar pegados a ellos y tener que asentir como unos tontos a todo lo que decían. Aunque sí que era cierto que en ocasiones te llamaba la atención la razón por la que se reían tanto y no podías eludir en poner la oreja e intentar escuchar y entender de lo que conversaban; pues en muchas ocasiones, yo como buena curiosa que era, escuchaba ciertas partes y hubo una cosa en particular que me llamó la atención.

Recuerdo que estábamos en casa de unos amigos de la infancia de mi padre, y como su hijo estaba en una extraescolar, me quedé sola ante la televisión intentando buscar un canal en el que dieran algo decente, pero parecía que aquella tarde no tenía suerte, así que apagué el aparato y apoyé la espalda en la pared comenzando a degustar el bocata de chocolate que tenía en manos. Me llamó la atención la manera en la que se estaban riendo, yo también quería saber cuál era la causa, pero estaba segura que si preguntaba, me dirían que eran cosas de mayores, por lo que me acerqué un poco más y empecé a oír parte de la conversación. Según pude escuchar, hablaban sobre las cosas que les molestaban cuando estaban en la cama; de que muchas cosas hacían que se rompiera la magia, como los ronquidos, las patadas, los empujones...Lo ponían como si fuera algo malo, o al menos eso me parecía a mi, aunque con el tiempo me empecé a dar cuenta de muchas partes y todo aquello que una vez pensé que sería cierto, se convirtió en lo contrario en cuanto cierta rubia llegó a mi vida y tuve el primer despertar con ella.

Y aquí estaba, despierta y observando a la que desde hacía tantos años tenía mi corazón en su propiedad; pobre, se había quedado dormida después de estar cuidando de mi durante la noche; la verdad es que nuestro enano se puso a dar patadas y llegó un momento en que comenzó a dolerme, aunque ahí estuvo mi rubia, besando, acariciando y hablando a la barriga hasta que logró calmar al bebé. Si viera a esa pareja ahora mismo, les diría que todo aquello que relataron no rompía la magia, es más, sólo había que mirar detenidamente como para darse cuenta que todos esos aspectos eran encantadores. De vez en cuando Ali emitía algún sonido, pero no de esos grandes ronquidos de los que muchos hablaban, los de mi rubia eran tan suaves y adorables, que eran música para mis oídos; también solía tener costumbre de apoyar la mano donde le cayera: ya fuera en mi cara, pechos, barriga o incluso cuello, aunque no era algo que me molestara, solo debía apartarla un poco o pegarme más a ella y ya estaba solucionada la cosa. No entendía la razón por la que muchos pensaran que estos hechos fueran algo negativo, ya que para mí eran algo que me atraían, si querías a una persona, daba igual de que manera, la querías con todas sus cosas, ya fueran sus perfecciones e imperfecciones, porque para mí eso era un gran punto del amor, amar tal y como era la persona.

Quizás fuera yo la que estuviera embarazada, la que necesitara más ayuda por impedimentos de mi vientre y ciertos dolores causados por él, pero eso nunca quitaba el echo de que tuviera que cuidar de los míos igualmente. Por eso aunque fueran cosas diminutas, siempre intentaba ayudar en lo que podía, pero mi prioridad era que mis chicas estuvieran felices y seguras, y eso era algo que nunca había dejado de hacer, no había nada que me parara en cuanto se refería a atender a mi familia.

- Hey, ¿qué haces despierta?- dijo frotándose los ojos y aún con la voz ronca.

- Ya no tenía más sueño- eché una risa- pero tu puedes seguir durmiendo preciosa- besé su frente.

- No, tengo que hacerte el desayuno- dijo levantándose de la cama.

- Alison Fields, ven aquí ahora mismo- hablé en tono mandatario pero con una sonrisa.

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora