Compras de navidad

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Alison's pov 

Apenas quedaba una semana para que los alumnos, tanto niños como adolescentes empezaran las vacaciones de navidad, 120 horas donde ya se notarían las ganas del descanso y de tener días libres. La última semana de clase antes de los largos descansos que nos otorgaban las vacaciones siempre solía ser bastante alterada; y era que los alumnos ya sabían lo que venía, lo que implicaba que tuvieran ganas de que las clases terminaran lo antes posible. En casa se notaba mucho el ambiente de felicidad por las vacaciones, ya que nuestros pequeños estaban ansiosos de saber si las cartas que habían escrito a Santa Claus le habían llegado con tiempo, y saber si obtendrían algo que habían enumerado en su lista de deseos. 

Me enardecía el corazón cada vez que veía sus caras sonrientes y del espíritu que poco a poco iban generando según se acercaba la fecha. Claro que la que más feliz estaba por las vacaciones de navidad era Em; nunca antes había conocido a nadie que se pusiera tan alegre cada vez que llegaban esas fechas, mi sirena era sin duda la que más espíritu navideño generaba, sólo había que ver toda la decoración que adornaba nuestro hogar. Verla así de animada y dichosa era algo que jamás desearía dejar de percibir, más que nada porque cada vez que presenciaba eso, mi corazón estallaba de amor, y sólo ella lograba que sintiera tanto entusiasmo de estar pegada junto a la puerta con un chocolate caliente en mano mientras observaba los últimos retoques de la decoración y me contaba cosas que posteriormente haríamos. 

Lo bueno que también traía la navidad era la fuerza de unión de la familia, ya que siempre hacíamos cenas tanto el 24 como el 31, y este año serían las primeras vacaciones sin mi padre, lo que indicaba que estar rodeado de todos los seres queridos nos ayudaría a llevar mejor su falta, sobre todo a mi madre. Aunque Em sabía lo que significaba eso, y conocía a la perfección lo que suponía todas las veces de "la primera vez sin..." y por eso se percataba de que incluso en mis momentos más felices, no faltara esa sentimiento de ayuda y resguardo que siempre me proporcionaba, algo que valoraba mucho, pero que sobre todo adoraba viniendo de ella. 

- Mami- habló el más pequeño de la casa.

- ¿Qué pasa cariño?- terminé de peinarme y me di la vuelta viéndolo en la entrada de la habitación sosteniendo un papel.

- Mira- levantó la mano en la que tenía la hoja. 

- ¿Pero qué tenemos aquí?- me acerqué a él aupándolo y viendo la pintada que había realizado- es muy bonito mi príncipe- planté un tierno beso en su cabeza. 

- ¿Te gusta?- mostró una gran sonrisa.

- Me encanta- comencé a adornar su cara con besos. 

- Mami- decía entre risas. 

- ¿Si?- dejé de darle besos y le miré a los ojos.

- Hace coquillas- mostró sus pequeños dientes.

- Con que cosquillas eh?- empecé con el cosquilleo en su cuerpo mientras él volvía a reírse. 

- Veo que lo estáis pasando bien- escuché la voz de mi morena. 

- Mama coquillas- echó una risa al ver a la morena en la puerta. 

Con una gran sonrisa, se acercó a nosotros y cogió a Nate de mis brazos poniéndolo boca abajo y haciendo eso que tanto le gustaba al pequeño de la casa. Mientras los dos estaban en su juego, yo les observaba con felicidad, sobre todo de ver cómo cada vez nuestro príncipe mostraba más ese carácter de Emily que tanto adoraba. 

- ¿Te vas a ir ya?- me miró una vez había terminado su juego con Nate.

- Si- asentí- Han está a punto de llegar con el coche- me acerqué y le di un beso en los labios- compraré muchas cosas- eché una risa.

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora