Tiempo en el agua

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Alison's pov

Había pasado una semana exacta desde que Darcy intentara atacar de nuevo, desde que pretendiera mover ficha y acercarse lo más posible a mi morena. Claro que no pudo ser, ya que yo no me iba a quedar de brazos cruzados y dejar que las dos tuvieran un tiempo libre tranquilo, más que nada lo hacía por la víbora, ya que sabía de antemano todas sus intenciones, y conocía muy bien que aprovecharía cualquier instante en intentar besar a mi morena o hacer movimientos que hicieran que sospechara de que algo había pasado. Darcy pensaba que tenía las cartas a su favor, pero lo que no sabía era que jugaba contra una Dilaurentis, y peor aún, una Dilaurentis cabreada; lo que implicaba que las cosas saldrían tal y como yo deseaba, por mucho que tuviera que ser la más zorra y jugar sucios. 

Este finde, Em había pensado en pasarlo en la naturaleza, como si estuviéramos de acampada, algo que me encantaba, aunque más por el echo de que las dos íbamos a estar a solas. Lo que significaba que disfrutaría de mi sirena en todos los aspectos, tanto románticos como sexuales, y ya estaba deseando estar allí. Aunque por mucho que iba a disfrutar de mi tiempo con ella, iba a echar de menos a nuestros pequeños, ya que eran un pilar esencial en nuestros días, por eso Em se encargó de preparar una escapada para la familia, así que en un tiempo mi morena y yo nos iríamos por ahí con nuestros hijos. Claro que desde que cierta víbora volviera a la vida de mi mujer, los planes perfectos se convertían en todo menos genial, porque no sabía cómo lo hacía pero siempre tenía constancia de nuestros propósitos, y como tenía la cara de auto invitarse y Em no era capaz de decirla que no por no ser grosera, mi fin de semana ideal se había convertido en mi peor pesadilla. Esa zorra había jugado su carta, aunque ahora era mi turno, y era por eso que Han iba a venir con nosotras, ya que las dos morenas no podían, por eso quería ver la cara que se le pondría en cuanto viera que teníamos una cuarta invitada. 

Mis padres se iban a encargar de estar con los niños, pero como coincidió que tenían un evento de unos de sus amigos en Nueva York, se fueron a mitad de semana, por lo que Pam se haría cargo de nuestros pequeños. Ahora que a Lauren le costaba menos despedirse de nosotras y más de mí, había alguien que había comenzado a llorar en las separaciones, tal y como lo hacía nuestra pequeña morena. Nate, nuestro príncipe, echaba a llorar como si su vida dependiera de ello porque no quería separase de nosotras, pero su abuela y hermanas sabían lo que tenían que hacer para entretenerlo. Aunque eso no quitaba el echo de que se te partiera el corazón cuando te alejabas y escuchabas sus lloros desde la distancia, sobre todo a mí, que si por mi fuera me daría la vuelta e iría corriendo donde él, pero sabía que eso no era lo correcto, y para eso tenía a mi morena, que me daba fuerzas mientras me consolaba al mismo instante. 

- Verás como ya está jugando feliz- sentí su brazo rodear mi cintura a medida que esperábamos sentadas en las escaleras a que llegara Darcy.

- Lo sé cielo- apoyé la cabeza en su hombro- pero es que lo veo y es tan chiquitín.

- Pequeño pero fuerte, tal y como su madre- acarició mi espalda con delicadeza.

- Emily Fields, siempre sabes lo que decir para sacarme una sonrisa- la miré feliz.

- Es uno de mis trabajos cielo- plantó un dulce beso en mi frente- lo principal es que tu estés alegre, porque cuando tu lo estás entonces yo también- me miró mostrando su famosa sonrisa de Emily Fields.

- Dios, te quiero tanto- me acerqué más a ella para besarla.

- Bueno ya estoy aquí- interrumpió la víbora haciendo que le echara una mirada.

- Que bien- dije rechinando los dientes porque me había interrumpido una vez más el beso con mi mujer, algo de lo que últimamente se había convertido en una experta.

Mi amor verdadero (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora