Leone Abbacchio

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Lipstick

- Amore, no creo que sea el mejor momento para esto...

- Bucchiarati nos llamó para una misión, solo será un beso y ya ¿Acaso tienes miedo de no poder parar?.- La media sonrisa confiada del peliblanco fue tomada como un reto, y sin pensarlo mucho lo agarró del cuello, haciéndolo bajar a su altura para besarlo con un poco de desespero.

No necesitaron más palabras, el movimiento de sus labios lo decía todo, errático, buscando más contacto, deseando probar más el uno del otro. No se habían visto desde hace un tiempo, pues las misiones los habían mantenido separados, así que era de esos pocos momentos donde podían disfrutarse el uno del otro. 

La falta de oxígeno se hizo presente, pero poco les importó, el juego entre sus labios era más importante en ese momento, querían sentirse más el uno al otro, necesitaban ese contacto que tanto habían extrañado durante todos esos días. 

Una mordida en el labio inferior de la fémina fue detonante para profundizar el contacto, siendo apoyada contra la pared mientras el peliblanco se encargaba de atender a su pareja, era perfecto, fantástico, las manos del otro viajaban por su cuerpo sin pena, buscando el suave roce de sus pieles.

- ¡Bucciarati nos llama a todos!.- El grito de Mista por el pasillo hizo que se separaran de golpe, sin mirarse pues si conectaban miradas de seguro iban a volver a unir sus labios, y si el Capo quería verlos a todos era por algo.

Arreglaron su ropa cada uno por su lado, sin llevar su vista al otro en ningún momento, tal vez por la verguenza y el calor del momento. Abbacchio salió primero, yendo a la sala donde estaban los demás reunidos, y segundos después fue su pareja, intentando aparentar que nada había pasado.

La sonora risa de Mista y Narancia la sacaron de onda, pues las risas iban dirigidas hacia su novio, y realmente no entendía que había pasado. Al ver a la fémina estallaron aún más en risas, los dos sin poder contenerse. El Capo los miraba con una sonrisa que intentaba ocultar, por su lado Fugo estaba rojo hasta las orejas, mirando hacia otro lado, y Giorno se encontraba mirando hacia el suelo, con una expresión indescifrable.

- ¿De qué se ríen, imbéciles?.- El tono molesto de Abbacchio no se hizo esperar, volteandose a ver a su pareja para preguntarle. Un suave sonrojo se posó en sus mejillas, y su ceño fruncido se notó aún más. Salió maldiciendo a todo el mundo a paso apresurado, y la fémina comenzaba a entender el porqué.

- Creo que... deberían dejar esas cosas para después.- Giorno se acercó a ella con un espejo y un pañuelo, tendiéndoselo con una suave sonrisa-. O limpiarse antes.

La pelirroja tomó el espejo, enrojeciendo al ver el reflejo sin poder evitarlo. Tenía el labial de su pareja por todos sus labios, con pequeñas marcas que llevaban a su cuello y hombros. Había olvidado ese pequeño detalle por aquel momento de calentura, y enseguida tomó el pañuelo que le extendió Giorno, limpiándose como podía. Mista y Narancia no dejaban de reír, haciendo que la verguenza sea aún peor.

- Chicos, dejen de molestarla ¿Bien? Creo que ya tuvo suficiente.- La ligera sonrisa que tenía su Capo no mejoró la situación, Fugo maldijo antes de salir de la sala, lo cual hizo que Mista riera aún más fuerte-. Bien, la reunión queda para más tarde entonces.

- Perdón Capo, es toda mi culpa, me siento muy avergonzada por lo que pasó.

- No te disculpes por algo que es natural en los seres humanos... Tómate un descanso y en la noche nos reunimos todos ¿Bien? Sé que recién llegaste de una misión, debí darte un poco de tiempo libre.

- M-Muchas gracias Capo.- Se retiró con algo de pena de la sala, yendo directamente a su habitación, sorprendiéndose al ver a su pareja sentado sobre su cama, con el rostro ya limpio y el labial como siempre-. Nos reuniremos más tarde, eso dijo el Capo.

- Que esto no se repita nunca más.- A pesar del tono duro que usó Abbacchio, esa frase era más para si mismo que para la pelirroja. No se permitía hacer esas cosas en público, peor frente a su capo, pero las hormonas le ganaron esta vez-. Que vergüenza...

- Perdón, Abba... fue mi culpa, ya me disculpé con Bucciarati.

- Esto no es tu culpa, fue mía.- La fémina se sentó junto a el, aún sin mirarse. Era obvio que Abbacchio estaba avergonzado, las mejillas rojas y el no querer verla a los ojos lo delataba-. La próxima... esperemos a estar a solas ¿Si?

- Entiendo, perdón...- Bajó la mirada, soltando un largo suspiro. Después de unos segundos el peliblanco la tenía tomada del mentón, uniendo sus labios suavemente en un simple beso, como si se estuviera disculpando con eso.

- Perdóname a mi, amore, me dejé llevar sin pensarlo mucho.- La suave sonrisa que tenía hizo que cediera ante todo, dejándose llevar un poco por su pareja. Las suaves caricias que dio en su rostro la hicieron olvidar de todo, y simplemente asintió a lo que decía-. Ahora si tenemos tiempo para los dos, aprovechemos eso.

- Está bien~.

Nadie tocó el tema después de eso, una palabra acerca de lo que pasó y ya tenía el puño de Abbacchio en sus narices, así que la reunión se dio con éxito y sin ninguna risa. Abbacchio era débil ante las peticiones de su pareja, pero a pesar de eso la situación nunca se repitió, ahora solo hacían esas cosas muy en privado y si que lo disfrutaban.

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JoJo ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora