Noriaki Kakyoin

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Pasado

- Voy a llamar a tu mamá la próxima vez que te escapes de casa sin decirle a nadie para venir a verme.- A pesar del ceño fruncido que tenía la fémina en el rostro se encontraba abrazando con cariño a Kakyoin, el chico simplemente se dejaba hacer con una pequeña sonrisa, ya acostumbrado a los reclamos de su pareja-. Deja de darle esos sustos.

- Perdón, creo que necesitaba tiempo para pensar... y terminé aquí, no es mi culpa.- Entró a la casa, soltando un suspiro-. Perdón si hice que te preocuparas.

- Siempre me voy a preocupar por ti, tonto.- Subieron al cuarto de la fémina, echándose en la cama el uno junto al otro, mirándose de reojo-. ¿Tenías algo... serio en qué pensar?

- Solo... el viaje a Egipto, recordé muchas cosas, lo que pasamos... me alegro por estar vivo, gracias a ti no morí ese día, estoy aquí, estamos juntos...

- Nori... ¿Volviste a soñar con eso?.- Con cuidado se acomodó contra el, acariciando su rostro con cuidado, llegando a las cicatrices en sus ojos para pasear sus dedos por ahí.

- Solo... bueno, ya se cumplirán dos años desde que pasó, y a veces se siente tan irreal que esté vivo.- Sin esperarlo ya tenía a su pareja encima, sus manos posadas en su pecho con cuidado, donde yacía la enorme cicatriz producto de la batalla contra Dio años atrás.

- Nori, ganamos, estás vivo, no pienses más en eso... Jotaro pudo acabar con ese maldito gracias a ti, no revivas ese día...- La mirada triste de la fémina rompió un poco el corazón de Kakyoin, era cierto, en serio quería olvidar eso pero a veces los recuerdos simplemente regresaban-. Pensé que te perdería ahí, no quiero imaginarlo de nuevo...

- Aún no puedo creer eso... me salvaste, cariño.- Rodeó a su pareja con una sonrisa, pegándola a su pecho-. Y estoy muy agradecido por eso.

- La próxima vez que necesites hablar de eso llámame a mi o a Jotaro, o los dos... podemos salir a beber algo, hasta podríamos llamar a Polnareff para ir de viaje juntos, de seguro Joestar-san también se nos uniría.

- Serían un escándalo andante.

- Es lo más probable, pero nos amas así.- Soltó una suave risa, abrazando al pelirrojo con cuidado aún sobre el. Los dos se quedaron en silencio, abrazándose el uno al otro con fuerza, como si fuera la ultima vez que lo harían. Pero no era así, ya no estaban en peligro y ahora disfrutarían de su vida sin el peligro de aquella vez.

- Llamaré a mamá y le diré que me quedaré aquí hoy ¿Te parece?

- Lo hubieras hecho desde el principio.- Se bajó de su pecho con una sonrisa, dejando que el pelirrojo use el teléfono de su casa sin problema. 

La verdad es que ya estaban acostumbrados a eso, a veces solo llegaba a su casa y le decía que se quedaría ahí, aunque para la fémina no era ningún problema, a veces ella misma llamaba a la mamá de su pareja para decirle que estaba bien y que no debía preocuparse.

Kakyoin regresó a la habitación, acostándose a un lado de su pareja, volteándose hacia ella para abrazarla con cuidado, depositando un suave beso en sus labios de manera silenciosa. Estaba más que agradecido con ella por dejarlo hacer esas cosas, por siempre tener sus puertas abiertas para el, por siempre escucharlo, por haber estado ahí cada día de recuperación. No habían palabras para describir su amor por ella, pero haría lo que fuera para demostrárselo.

- Nori, una vez acabemos la secundaria viajemos, tengo dinero ahorrado, y quería comenzar a trabajar para la fundación SpeedWagon, le diré a Joestar-san que me quiero unir a ellos, con el tiempo tendremos suficiente para poder vivir juntos, podem.- Las palabras se quedaron en su boca, pues Kakyoin ya tenía sus labios sobre los de ella, lento, sonriendo desde lo más profundo de su corazón, dejando que el suave movimiento de sus labios fueran los que respondieran a esa petición-. Será genial~.

- Cualquier cosa a tu lado estaría bien para mi.

- Hablaré con Joestar-san entonces~.

- Tendremos que decirle a Jotaro también.

- Claro que si, es nuestro mejor amigo~.

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JoJo ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora