RisPro

1K 54 4
                                    


La fémina se removió con pereza de la cama, el intenso olor a cigarrillo fue lo que la despertó, sentándose en seguida. El Capo del equipo de asesinos de Passione descansaba a su lado, durmiendo plácidamente, no quiso levantarlo, así que simplemente acarició su cabello para que se acomode, levantándose con cuidado de la cama. 

Se vistió con la bata que encontró en el piso, pues no llevaba nada encima después de la acalorada noche con aquellos dos hombres, y finalmente caminó hacia el balcón, encontrando a Prosciutto fumando bastante tranquilo.

- ¿Hay algo que no te deja dormir, Prosci?.- Rodeó al rubio por detrás, besando su espalda con cuidado, temblando un poco pues un frío viento corría por las calles esa noche. 

- Supongo que no, tal vez tengo mucho en qué pensar, bella.

- Puedes hablar con nosotros, lo sabes.- El rubio se volteó hacia ella, apagando el cigarrillo antes de rodearla con sus brazos, agachándose para tomar sus labios con algo de desespero.

- Creo que me basta con tenerlos aquí, después de todo son Risotto y tu quienes mantienen mi mente ocupada todo el tiempo.

- Aún así, puedes contarnos lo que te pasa... pero vayamos adentro, tu estás en ropa interior y hace demasiado frío aquí afuera, no quiero que te enfermes.

- Siempre preocupándote por mi, bella.- El rubio rió, entrando junto a ella para cerrar la puerta del balcón, mirando con sorpresa a su otro novio quien al parecer también se había despertado-. Mierda, ahora tu también... 

- ¿Sucedió algo? 

- No, Ris, no es nada.

- Prosiutto está pensando en muchas cosas, lo encontré fumando afuera, semi desnudo.

- Puedes enfermarte si haces eso.

- Si mamá, ya me lo dijeron.- Los tres compartieron una risa, sentándose junto al peliblanco quien les hizo un espacio en la cama.

- ¿Necesitas hablar de algo?

- Creo que le estoy dando vueltas a algo, pero no deben preocuparse.- Sin darse cuenta la fémina y el Capo ya habían tomado sus manos, Prosciutto había quedado en medio de los dos, siendo recibido por el calor de cada uno-. Sorbet y Gelato, ellos... fueron asesinados por el jefe, de la peor manera posible, si eso les pasó a ellos no quiero imaginar lo que nos puede pasar a nosotros, si alguno de ustedes llegara a...

El rubio se quedó en silencio, bajando la mirada hacia sus manos con una mueca bastante triste. Nada era seguro en su trabajo, los tres eran asesinos profesionales, jugaban con la muerte todos los días pero desde que estaban juntos el morir ya no era una opción. Prosciutto no le veía el mayor valor a su vida hasta que los conoció, cuando se unió a La Squadra primero fue encantado por su Capo, Risotto, quien en poco tiempo terminó ganándose su corazón. La fémina llegó poco después, era una asesina habilidosa que no temía a nada, después de varias misiones en conjunto se dio cuenta de sus sentimientos hacia ella ¿Estaba mal? Ya salía con Risotto, pero había algo en la sonrisa de la fémina y en aquellas dulces palabras que compartían en la madrugada de alguna misión que lo volvían loco. 

Después de una larga charla con Risotto los dos se dieron cuenta que compartían aquel sentimiento por ella, y luego de hablar con ella para aclarar lo que sentían comenzaron a salir. Sus vidas nunca fueron fáciles, pero desde que estaban juntos todo se volvió mucho mejor, y la muerte ahora no era una opción, pues tenían a dos más esperándolos en casa.

- Prosci, no nos va a pasar nada, nos cuidamos la espalda entre nosotros.- La fémina llevó la mano del rubio a sus labios, depositando un suave beso sobre el dorso de esta-. Lo que le pasó a Sorbet y Gelato... yo también sufro mucho por eso, no dejaré que nada más le pase al equipo, peor a ti o a Risotto, estamos juntos en esto.

- Amore, vamos a matar al jefe por lo que hizo... nada te va a pasar a ti, ni a nuestra bella, yo me encargaré de todo.- Risotto se acercó para besar su cabello, sonriendo levemente-. Ninguno correrá peligro de ahora en adelante...

- Estamos aquí por algo, Prosci... somos fuertes, nos tenemos el uno al otro, nadie vivirá lo que Sorbet y Gelato vivieron...- La fémina llevó su mano libre hacia el cabello del rubio, enredando sus dedos en este. Lo llevaba suelto, aquellas hebras rubias llegaban casi hasta sus hombros, verlo despeinado era un placer que solo Risotto y la fémina podían disfrutar, sobre todo porque Prosiutto se derretía entre ellos cada vez que jugaban con el-. Ahora... ¿Quieres hacer algo para despejar la mente?

- Lo que tu quieras, amore.- Risotto bajó una de sus manos al pecho del rubio, recorriendo con sus dedos la fría piel del hombre-. Absolutamente todo.

- Estamos para compartir tus penas, tus risas, no nos molestaría atenderte bien~...

- Son insaciables pero... aún tenemos tiempo hasta el amanecer ¿Quieren...?

- Lo que tu quieras, Prosci.- La fémina se acercó para unir sus labios con los del rubio ante la atenta mirada carmesí de Risotto, quien disfrutaba de verlos así, bastante feliz de ver como sus dos amores se complacían el uno al otro-. Tu también, Ris.

- No me opongo, entonces.- El más alto se acercó también, robandole el aire a la fémina con un acalorado beso, pegando más sus cuerpos para después seguir con el rubio, quien había cambiado aquella expresión de preocupación por suaves gemidos y suspiros-. Ahora... vayamos a lo nuestro.

.

.

.

.

.

JoJo ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora