Rohan Kishibe

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- Entonces... ¿recordaste a Reimi-san?

Rohan no respondió, simplemente dejó la pluma con la que estaba dibujando a un lado, soltando un muy largo suspiro mientras apoyaba su espalda en la silla, todo era muy confuso ¿por qué había olvidado a la pelirrosa? ¿Quién era aquel asesino que llevaba 15 años viviendo como si nada en Morioh? Y lo más importante ¿Qué haría con su pareja? No podía quedarse ahí, Morioh se había convertido en un lugar peligroso, mucho más ahora que conocían de la existencia de aquel psicópata, y con más razón no podía dejar a la fémina sola de ahora en adelante.

- Debes irte.

- ¿Qué?

- Lo que escuchaste, debes irte de Morioh, buscaré un lugar lejano para que vivas ahí, no podemos esperar.

- Rohan, espera ¿de qué estás hablando?

- Debes irte de aquí, ya no es un lugar seguro.

- No lo es desde hace 15 años, no entiendo tu punto ¿simplemente me quieres mandar a vivir a otro lado? Ni loca.

- No te estoy preguntando.

- ¡Rohan!.- Por primera vez en toda la tarde el peliverde la miró a los ojos, el brillo en los ojos del mangaka se había esfumado, ahora solo mostraba miedo y preocupación, haciendo que el corazón de la fémina se encogiera en su pecho-. Rohan...

- Quiero que estés a salvo... cariño, esto es muy serio, he soportado que te quedes aquí aún con la amenaza de los stand ussers, pero esto es diferente... No quiero que ese psicópata se llegue a topar contigo, ha matado a tantas personas, si te llegara a pasar algo...

- Hey... no me pasará nada, soy fuerte ¿lo recuerdas?.- La fémina se levantó de su lugar, caminando hacia su novio para sentarse sobre su regazo, tomando su rostro entre sus manos-. Y te tengo a ti... Jotaro-san está investigando este caso también, Josuke, los chicos... todos estamos en esto, no tienes que preocuparte tanto.

- No le puedo confiar a nadie más que a mí tu seguridad, eres una tonta que se lanza al peligro sin pensar en sí misma.

- Pienso en ti y en que debo volver a casa siempre, Rohan.

- Aún así, te arriesgas mucho.

- Tendré más cuidado de ahora en adelante, no pienses simplemente en mandarme a algún lugar lejano "por mi seguridad" ¿sí?

- Pero...

- Nada de peros, me quedaré a tu lado pase lo que pase y los ayudaré a encontrar a esa persona ¿entendido?

- Eres tan, tan... tan imprudente, terca y siempre te sales con la tuya.- El peliverde abrazó a la fémina por la cintura, escondiendo su rostro en el espacio entre su hombro y su cuello, respirando su aroma para tranquilizarse un poco. Realmente estaba preocupado ¿qué haría el si le quitaban a la persona que más amaba en el mundo?

- Y así me amas.

- Y así te amo...

- Ahora, quiero ver el gesto de idiota supremo que siempre tienes.- Besó su cabello, soltando una risita-. Porque eso me encanta.

- Un rato más...- Apretó a la fémina entre sus brazos, aferrándose a ella como si fuera un niño pequeño. Estaba asustado, pero su pareja tenía razón, no estaban solos, atraparían a ese asesino y todos volverían a sus vidas normales-. En serio te amo mucho, no sé qué me hiciste para llegar a esto.

- Cállate, yo tampoco entiendo cómo es que pusiste tus ojos en mí.

- Debe ser porque me golpeaste la primera vez que nos vimos. Sí, definitivamente fue eso...

- No fue mi culpa que estuvieras de mirón, agradece que no llamé a la policía esa vez.

- No hubieran arrestado al gran Rohan Kishibe.

- En ese tiempo nadie te conocía~... y aunque hubieras sido famoso nunca hubiera aceptado que un extraño me pidiera posar desnuda para él.

- ¡Es que eras la modelo perfecta! No debía desaprovechar esa oportunidad, y creo que valió la pena.

- Pues... después de tantos años, lo valió completamente.- El peliverde levantó la mirada hacia ella, una pequeña sonrisa formándose en sus labios al escucharla-. ¿Quién diría que me terminé enamorando de ti? Y tú de mí, eso fue lo que más me sorprendió.

- No estás nada mal.- Recibió un golpe en el hombro por parte de su pareja, haciéndolo soltar una risa-. Supongo que... siempre fuiste amable, y realmente no tenías otras intenciones conmigo, simplemente fuiste tú y ya. Dibujarte se convirtió en mí día a día, y no pensaba en nada más que en nuestro próximo encuentro... Maldita sea, sueno como esos estúpidos diálogos cursis de la televisión, que asco.

- Shh~... disfruto cuando te pones así de cursi, no pasa muchas veces.- No dudó en repartir múltiples besos sobre el rostro de su novio, riendo entre cada uno de ellos-. Estaremos bien, Rohan.

- Contigo a mi lado, todo lo estará.

- ¿Qué te parece darnos un largo baño de burbujas, cariño? Solo tú, yo, el agua caliente y un par de velas aromáticas ¿te parece?

- Estaría encantado. De paso podemos hac-

- ¡Rohan!

- ¿Qué? Tu lo ofreciste.

- Bueno... tal vez, vamos.

- Perfecto.

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