GioMis

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- ¿Es que acaso ustedes dos son idiotas o qué?.- Giorno nunca había usado ese tono de voz, peor con ellos. Era notable que el rubio estaba furioso, y no era para menos.

Los tres habían salido a una reunión habitual de Passione, Giorno tenía que negociar con un Don vecino para arreglar cuentas y al parecer lo tenían en la mira. La cena terminó tranquilamente, pero justo cuando se estaban yendo un francotirador disparó hacia el rubio, la fémina recibió la bala, empujando a Giorno para ponerlo tras ella y Mista enseguida entendió todo.

Una pequeña batalla se llevó en el lugar, Mista y la fémina terminando heridos para poner a Giorno a salvo a pesar de que también podía pelear. Desde que se había vuelto el Don de la mafia ninguno de los dos lo dejaba meterse tanto en las peleas, aún sabiendo que GER lo protegía siempre y se confiaron al pensar que la pelea sería fácil, terminando con ellos dos casi muertos. Si no hubiera sido por Golden Experience ninguno de los dos hubiera salido de aquello tan fácil.

Y ahora estaban los tres en la habitación que compartían, siendo fulminados por la mirada molesta del rubio, quien simplemente se mantenía frente a ellos con los brazos cruzados.

-¿Siquiera van a decir algo respecto al tema?

- Como el tercero al mando, mi deber es protegerte a toda costa.- Mista fue el primero que habló, dando un paso al frente para encarar al más joven-. Cueste lo que cueste.

- ¿Aunque eso signifique dar tu vida? ¿Qué hubiera pasado si no hubiera tenido a Golden Experience?

- Daría mi vida por ti y por Passione.

-¡Tienes que ver por tu vida! Te lanzaste al peligro de una manera muy estúpida ¿Qué hubiera pasado si no te hubiera curado a tiempo?

-La suerte estaba de mi lado.

-Oh, ¿suerte? Es la segunda vez que tiras tu vida por la borda solo por confiar en tu "suerte" ¿Qué harás cuando esa "suerte" se te acabe?

- Amore, no fue la gran cosa.

-¡No entiendo cómo puedes decir eso!

-G-Giorno...- La fémina supo que era momento de actuar, el rubio nunca había levantado la voz así, por lo que tomó su mano para calmarlo, llevando la otra a su rostro para peinar los cabellos que caían por su rostro-. Puede que mis razones no sean las mismas que las de Mista pero... entiendo el sentimiento de querer protegerte.

-¡No soy simplemente su jefe! ¡No pueden poner su vida en peligro por algo así!

- No lo decimos como subordinados, lo decimos como tus novios.

-¡Con más razón no deberían hacer cosas como esas! ¿Cómo creen que me hubiera sentido si... no lograba sanarlos a tiempo?.- Bajó la mirada, apretando los puños con fuerza. La fémina lo abrazó con cuidado, dejando que apoye su frente sobre su hombro-. No quiero perder a nadie más.

- Giorno...- Mista se quedó helado, chasqueando la lengua para acercarse a los dos, abrazando al rubio por detrás con mucho cuidado-. Perdón por lo que dije... soy un tonto, no volveré a hacerte preocupar así nunca más.

- Solo... no quiero que les pase nada malo, no puedo perder a más gente, no ustedes.- El rubio se dejó abrazar por los dos, soltando un largo suspiro ya mucho más calmado. Era impropio de el comportarse de aquella manera, pero por primera vez en mucho tiempo había sentido miedo nuevamente.

Lo único que pudo hacer en aquel momento fue aferrarse a los dos, dejando que depositen suaves caricias sobre su cuerpo. Ninguno de los tres dijo ni una sola palabra durante los minutos siguientes, simplemente disfrutando de las caricias del otro en silencio, dejando que el rubio se calme.

- Me alegra conocer otra faceta tuya, Giorno... estás siendo más abierto con tus sentimientos.

- Debo admitir que te veías tan ardiente así de enojado.-Recibió un golpe por parte de la fémina, sacándole una suave risita a Giorno-. Perdón, tenía que decirlo.

- Eres un tonto, Mista...- Los tres rieron, separándose de aquel abrazo después de aquello-. Perdón por gritarles, perdí el control... eso no es propio de mi.

- No, está bien... nos gusta que seas honesto con tus sentimientos.- La fémina acarició su mejilla, sonriendo levemente-. Perdón por haber actuado sin pensar, prometemos que no quedaremos así nunca más.

- No prometo que no me pondré en primera línea por ti pero... seré más cuidadoso, no quiero que te sientas así nuevamente ¿bien?.- Mista dejó un beso en los labios del rubio con una sonrisa, acercándose lo suficiente como para besar a la fémina también-. Y como dijo nuestra querida dolcezza~... está bien que seas honesto con tus sentimientos, te ves ardiente enojado.

- Vayamos a dormir antes de que te golpee otra vez, Mista.

- Hoy es turno de que Giorno duerma en medio~.

- Creo que merece ese premio hoy, pero no te acostumbres~... a mi me gusta ir en medio de los dos, así los puedo abrazar mejor.- Mista se tiró a la cama, soltando una risa-. ¿Qué esperan? Vengan a dormir, estoy molido~.

- Bien bien... al menos date un baño, vas a ensuciar las sábanas, Mista.

- Oh cara~... me puedo duchar mañana, no hay prisas~.

- Entonces te quedarás solo, porque Giorno y yo si nos daremos un baño.- Le guiñó el ojo, quitándose la ropa frente a el para finalmente acercarse al baño, parando en la puerta un momento para ver al rubio que tenía las mejillas rojas, pero de igual forma se estaba quitando la ropa-. ¿no vienes?

- Diablos~... me convenciste, pero que sea rápido~.- Mista no dudó ni un momento, quitándose la ropa para seguir a sus novios enseguida-. Ahora si~.

- Eres un pervertido, Mista.

-Y así me aman~.

- Claro, claro~.

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