JoJo Things

Rohan Kishibe

Imposible

Llegar a ser amigo de Rohan Kishibe era difícil de por si, pues el peliverde tenía un círculo de amistades muy pequeño, nunca esperó que una chica irrumpiera en aquel círculo y se abriera paso a su corazón ¿Rohan Kishibe enamorado? No, nunca, en su mente nunca estuvieron pensamientos como esos, pero aquella chica amiga del idiota de Josuke derritió su corazón como nunca nadie había hecho.

Después de muchas visitas a su casa descubrió que la fémina era un par de años mayor que Josuke, y era una stand usser. Ahora todo tenía más sentido, después de la primera vez que se conocieron comenzó a toparla fuera de casa mucho más seguido, al punto de salir con ella cada vez que necesitaba inspiración para su manga. Para Rohan era algo así de simple, nunca se imaginó que en verdad la quería hasta que un día usó Heavens Door en si mismo, para su mala suerte estaba escrito en letras muy grandes en su rostro "Enamorado perdidamente de la amiga de Josuke".

Aunque parecía imposible, Rohan ideó un plan para salir con ella, una cita, quería comprobar sus sentimientos, en serio no se veía así por alguien, pero tendría mucho sentido ¿Cómo más explicaría aquel sentimiento de paz cuando la fémina iba a hablar con el mientras dibujaba? ¿O lo feliz que se sentía cuando comían un postre juntos por la tarde? También el gusto de reír junto a alguien que entendía su humor un poco ácido, sobre todo hacia Josuke.

Mientras planeaba la cita se dio cuenta de muchas cosas, y cada vez se daba cuenta de porqué le gustaba aquella chica, su rostro estaba rojo solo de pensar en ella, y se sentía muy tonto por avergonzarse por eso.

Escuchó la puerta sonar, así que se apresuró en dejar todo listo para ir a abrir,  su corazón comenzó a latir más rápido al darse cuenta quien estaba tras la puerta, así que soltó un suspiro en un intento de calmarse para abrir ahora si, encontrándose con la hermosa sonrisa de la fémina. 

- ¡Rohan! Hey, pasaba por aquí para, ya sabes, pasar un rato contigo.- Entró como si nada a la casa del mangaka, mirándolo de reojo-. ¿Estás bien? Estás algo rojo ¿No tienes fiebre?

- No no, es solo... estaba arreglando unas cosas ¿Quieres salir en cuanto acabe las páginas que me faltan? Quería ir a dibujar algo después, nada que ver con mi manga.

- ¡Me encantaría! Sabes que me gusta serte de ayuda. Te traje algo de comida también, para que no mueras de hambre mientras dibujas tu manga.- Alzó la bolsa que cargaba en las manos, y el peliverde sintió que podría morir ahí mismo. No sabía que hacer con lo que sentía, pero estaba muy feliz de saber que tenía a la chica junto a el, aunque nunca lo diría en voz alta-. Vamos, así terminas rápido.

El mangaka solo asintió, yendo a su estudio junto con su amiga para empezar a dibujar. El se sentaba en su escritorio mientras la fémina hablaba de lo que sea que haya pasado en su día, le gustaba escucharla, sentía que así se harían más cercanos, y recién ahí fue que entendió el porqué la dejaba hablar por horas cuando usualmente mandaba a callar a cualquiera.

Procuró terminar rápido para poner en marcha su plan, guardó las ultimas páginas de su manga con cuidado en el sobre, mirando de reojo a la chica sentada tras el cuando se levantó. Carraspeó un poco, haciendo que ella también se levante del sillón, siguiendo al mangaka para salir de su hogar.

- Vayamos a tomar un café ¿Te parece?.- Miró de reojo a la fémina, quien asintió con una gran sonrisa-. Yo invito esta vez, vamos.

- Rohan, sabes que no debes, yo puedo pagar eso es un simple café.

- Cállate y acepta mi invitación, estoy siendo amable.

- Está bien~... pero quiero que sepas que la próxima te invito yo, no quiero deberle nada al gran Rohan Kishibe~.